La investigación en las diferentes especialidades es crucial de cara a lograr nuevos avances que impacten sobre la implementación de nuevas estrategias terapéuticas y el abordaje de las patologías. Por ese motivo, los especialistas luchan por compaginar la labor asistencial con la investigadora, tarea que no les es sencillo. En el ámbito de la Atención Primaria (AP), contar con investigaciones que arrojen luz es esencial, dado que es la puerta de entrada al sistema sanitario y, normalmente, es uno de los primeros puntos de contacto del paciente con el mismo.

En este aspecto, desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), llevan años impulsando el desarrollo de la investigación en la especialidad. Fruto de ello, uno de sus estudios más sonados es el IBERICAN. Este se está convirtiendo en una referencia, tanto nacional como internacional, como fuente de información epidemiológica sobre la enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo.

El objetivo del mismo es conocer la prevalencia, incidencia y distribución geográfica de los factores de riesgo cardiovascular y de las enfermedades cardiovasculares en población adulta española asistida en AP. En una entrevista a Gaceta Médica, Sergio Cinza, investigador principal del estudio y director de la Agencia de Investigación de la Sociedad, indica que “la elevada prevalencia observada de los factores de riesgo, así como de enfermedad cardiovascular, nos alerta de que debemos adoptar precozmente medidas preventivas que reduzcan su incidencia y mejoren su control, pero desde el punto de vista analítico”. También añade que la investigación aportará información muy sólida, epidemiológicamente hablando, “por la elevada potencia estadística de los análisis realizados”.

Factores de riesgo cardiovascular más frecuentes

Los primeros resultados del estudio IBERICAN señalan que los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes son la obesidad abdominal (55,6 por ciento), la dislipemia (50,3 por ciento) y la hipertensión arterial (48,0 por ciento). Además, han comprobado que la incidencia de cada una de las enfermedades cardiovasculares (ECV) analizadas es superior en los pacientes hipertensos respecto a los normotensos, a los dos años de seguimiento.

Otro de los aspectos a destacar es que la obesidad y la diabetes mellitus fueron, en el análisis multivariante, las variables que se asociaron con más fuerza a la presencia de hipertensión arterial. “La diabetes es casi el doble de la que está identificada en población general. También nos sorprendió la prevalencia de obesidad, la parte buena de esto es que cuantos más pacientes tengamos podremos analizar mejor qué papel tiene la obesidad en el riesgo cardiovascular, por ejemplo”, insiste.

Decisiones farmacológicas y ecuación de riesgo cardiovascular

En el 45º Congreso Nacional de SEMERGEN se incidió en que los objetivos principales que persigue el estudio van ligados a la toma de decisiones farmacológicas y al establecimiento de una ecuación de riesgo cardiovascular.  Con respecto a la primera, Cinza afirma que “se podrá perfilar mejor los pacientes que más se pueden beneficiar de cada fármaco, además de analizar determinados perfiles de riesgo”. No obstante, recalca que esto hay que traducirlo a la práctica clínica y comprobar en su día a día, con sus pacientes, que se cumpla.

Si ponemos el foco en la ecuación de riesgo, indica que les va a permitir analizar mucho mejor la enfermedad cardiovascular y el peso que tiene cada uno de los factores de riesgo, entre otras cosas o a la hora de priorizar qué factores de riesgo hay que controlar, poder saber cuáles son los más importantes. “El fin último es tratar de tener una ecuación de riesgo”, señala.

IBERICAN cuenta con 8.066 pacientes incluidos, llevan en la fase de seguimiento desde el año 2019. “Los primeros pacientes que entraron en 2014 están a punto de salir, saldrían el año que viene porque son diez años de observación. Hasta que no salga el último paciente no tendremos conclusiones sólidas”, afirma Cinza. Con respecto a qué es lo que más está costando evaluar y analizar en el estudio sostiene que la incidencia de eventos.

Seguimiento de los pacientes

Para lograr los objetivos que se han fijado es crucial que sepan qué participante del estudio ha hecho un evento y quién no. “Esto, que parece tan sencillo, a veces en la práctica no lo es tanto”, recalca. De hecho, incide en que, cuando una persona que está en estudio fallece, tienen que estar seguros de la causa de la muerte, si es un infarto o no, si es una muerte súbita… “Lo que le pedimos al investigador es que codifique de la forma más rigurosa posible porque si hay dudas nos lo puede indicar y nosotros pedirle la información la Instituto Nacional de Estadística (INE) para que nos indique como se ha codificado a ese paciente de cara al registro civil como causa del fallecimiento”, sostiene.

Cinza hace hincapié en que “esto es realmente crítico en el estudio, hay que hacerlo muy bien para que la calidad de los datos sea lo más alta posible”. Para asegurarse de ello, disponen de un comité que se dedica exclusivamente a revisar la base de datos. “Cuando tengamos datos más sólidos y, sobre todo, de seguimiento, conoceremos mucho mejor y más el riesgo cardiovascular y cómo abordarlo”, señala. Desde priorizar qué factores de riesgo hay que tratar en cada paciente hasta, si empieza un tratamiento, conocer por qué factor de riesgo empezar para reducir el riesgo cardiovascular. También podrán saber cuáles son los mejores tratamientos para prevenir los eventos o retrasar la mortalidad por la enfermedad cardiovascular.

Impacto en la política sanitaria

Todo esto va a incidir en la práctica clínica. Para tener estos resultados hay que esperar hasta 2029, “teniendo en cuenta cómo avanza la ciencia, esperar seis años tampoco es tanto”, sostiene. Tendremos resultados muy sólidos y consistentes con los que hacer recomendaciones muy fiables para los compañeros”, añade el director de la Agencia de Investigación de SEMERGEN. Además, concluye destacando que el estudio impactará tanto sobre la práctica asistencial como en la toma de decisiones de los gestores. “No es solo una aplicabilidad clínica, que es por lo que nació el estudio, ni local a nivel de ‘mi consulta’, impactará en la política sanitaria”.


También te podría interesar…