El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida ha provocado un aumento de las fracturas por fragilidad ósea, lo que ha derivado en que ya se considere un problema de salud pública. Además, los pacientes que padecen estas fracturas suelen tener una importante dependencia sanitaria a pesar de los tratamientos y de la prevención secundaria. Por ello, realizar campañas de prevención se convierte en el principal objetivo.
Medical Scientific Laison Pharma Wecare-u | 2019-09-13T10:44:00+02:00 h |

La osteoporosis es una enfermedad crónica y silente que se caracteriza por la pérdida progresiva de masa ósea y una alteración de la estructura del hueso. Como consecuencia de esto se produce un aumento de fracturas ante mínimos traumatismos como caídas y golpes, denominadas fracturas por fragilidad ósea u osteoporóticas.

Durante 2017 la incidencia de este tipo de fracturas fue de 330.000 en España y se estima que en el año 2030 puedan aumentar hasta las 420.000 por el aumento de esperanza de vida. Este incremento en nuestro país (28,8 por ciento) será superior a lo estimado en países como Francia, Alemania, Italia, Suecia o Reino Unido (23,3 por ciento).

Respecto a la prevalencia de la osteoporosis es similar a la de estos países, siendo en España de un 22,5 por ciento en mujeres de 50 años y de un 6,8 por ciento en varones de la misma edad.


En grupos de edad más avanzada se produce una pérdida de movilidad y de independencia que da lugar a la necesidad de asistencia institucional


Por su parte, el riesgo de sufrir fracturas por fragilidad depende de la edad y del tipo de fractura, siendo la fractura de cadera la que más casos acumula. Respecto a los factores de riesgo cabe destacar las divergencias en el índice de masa corporal, la baja ingesta de calcio, la reducida exposición a la luz solar y el bienestar socioeconómico, relacionado con bajos niveles de actividad física.

Todo esto conlleva una serie de complicaciones que afectan no sólo al aumento de dolor, sino también un incremento del riesgo de padecer fracturas concatenadas, una mortalidad prematura y una pérdida en la calidad de vida. Estas consecuencias tienen además implicaciones a nivel clínico, social, profesional y económico, además de suponer una importante carga sanitaria al Sistema Nacional de Salud, siendo superior a la de otras enfermedades crónicas.

Asistencia coordinada

El principal remedio para atajar y reducir el problema de las fracturas por fragilidad ósea es prescribir el tratamiento adecuado. A pesar de ello, las cifras demuestran que tanto en España como a nivel europeo no se están realizando estas prevenciones ni las derivaciones médicas necesarias.

En este sentido, los modelos de asistencia coordinada postfractura, como las FLS (Fracture Liaison Services) se constituyen como modelos rentables de prestación de asistencia sanitaria que reducen el riesgo de fracturas secundarias y la mortalidad, permitiendo un ahorro significativo de los costes a los sistemas sanitarios. El objetivo de éstas va focalizado a identificar, diagnosticar y tratar a pacientes con fracturas por fragilidad con la finalidad de prevenir la progresión de la osteoporosis y reducir el riesgo de fracturas secundarias. La asistencia está coordinada entre las distintas especialidades que pueden necesitar estos pacientes.

Además, estas unidades han demostrado su rentabilidad en lo que a asistencia sanitaria se refiere en los países europeos. Un análisis económico sanitario reveló que la creación de unidades de coordinación de fracturas en los hospitales españoles para pacientes mayores de 50 años podría llegar a prevenir aproximadamente 1.249 fracturas por fragilidad, lo que supone un ahorro de 18,4 millones de euros anuales para nuestro sistema sanitario.


Las fracturas por fragilidad ósea presentan complicaciones que conllevan consecuencias a nivel clínico, social, profesional y económico


Aun así, las diferentes estructuras que pueden tener las FLS influyen en los beneficios de las mismas, ya que existen modelos sencillos de detección e información y modelos más complejos que permiten la investigación, tratamiento y seguimiento de los pacientes. Para hacer estas unidades más igualitarias nace el proyecto mundial CTF (Capture The Fracture), con el objetivo de facilitar la implantación de unidades de fracturas y crear un conjunto de guías de buenas prácticas encaminadas a cerrar la brecha entre hospitales que disponen de éstas.

Prevención e iniciativas

Prevenir y mejorar la situación y las cifras de las fracturas por fragilidad ósea se presenta como un objetivo primordial para los sistemas sanitarios. En este sentido, las FLS se posicionan como grandes candidatas a mejorar el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes con estas dolencias, pero no son las únicas. Es importante establecer políticas particulares en cada sistema.

En el caso de nuestro país, aunque ya se están realizando intervenciones en este aspecto, el progresivo envejecimiento de la población apremia a realizar iniciativas políticas de asistencia sanitaria enfocadas a los principales asuntos relacionados con estas dolencias.

Una de estas soluciones se centra en la prevención por parte de las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas, a través del establecimiento de una estrategia nacional. Otra de las posibles iniciativas es el desarrollo de protocolos asistenciales estatales y autonómicos para poder reconocer a los pacientes y mejorar así la administración de los tratamientos disponibles.

También se propone la implantación de modelos de asistencia postfractura con normas estandarizadas para los profesionales o la consolidación de registros de seguimiento de fracturas por fragilidad con el objetivo de aunar datos fidedignos en la práctica clínica real. Además, también es importante reducir las listas de espera para aquellas intervenciones quirúrgicas de fractura de cadera, elaborando una guía normalizada para este procedimiento y mejorar la asistencia postfractura a través de normas e indicadores de calidad.

Por último, se han de impulsar campañas de sensibilización sociales, responsabilidad y formación para optimizar el abordaje por parte del paciente y la calidad de vida relacionada con la salud.

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