Gaceta Médica Barcelona | viernes, 21 de julio de 2017 h |

El Hospital Clínic utiliza la impresión 3D para planificar intervenciones neuroradiológicas y minimizar riesgos. La impresión en 3 dimensiones (3D) permite crear objetos a partir de una imagen. El Centro de Diagnóstico por la Imagen (CDI) del Hospital Clínic utiliza una impresora 3D para planificar o simular intervenciones neuroradiológicas de especial complejidad y minimizar así los posibles riesgos que pueden surgir en los casos reales.

Antonio López Rueda, neuroradiólogo intervencionista del Clínic, explica que el CDI ha implementado esta tecnología “sobre tres puntos fundamentales: la formación, la planificación y la simulación”. La impresión en 3D hace que los neuroradiólogos puedan simular casos concretos y especialmente complicados, por lo que el abordaje en el paciente se ha podido entrenar previamente. “Antes, nosotros no podíamos entrenar —López Rueda—. Nosotros jugábamos en la Champions, con el paciente, día a día: la impresión 3D nos permite implementar el momento del entrenamiento y llegar a la intervención más preparados”. De este modo, los facultativos pueden planificar una intervención específica y probar los catéteres y los stents con los que se hará después la cirugía.

Útil en formación

La impresión 3D es también una muy buena herramienta de formación, ya que se pueden beneficiar médicos residentes, fellows o especialistas que están aprendiendo otras técnicas. “Lo que hacemos —comenta Javier Moreno, especialista en radiología intervencionista— es imprimir los vasos que nos interesa reproducir, siempre son modelos de pacientes reales. Una vez que se han impreso los vasos, se sitúan en la sala de arteriografías (la técnica que permite observar las arterias mediante rayos X), desde donde se puede invertir todo el tiempo necesario en explicar los procedimientos y hacer los ensayos que se quiere, cosa que en los casos reales es imposible de llevar a cabo.