GM Barcelona | martes, 27 de septiembre de 2016 h |

Científicos del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la UPF (DCEXS) han descubierto nuevas funciones de la proteína NFAT5 en la defensa inmunológica, como reguladora de la intensidad de procesos inflamatorios mediados por los linfocitos T.

Desde hace años, NFAT5 es conocida por su papel activando los mecanismos de defensa celular en situaciones de estrés hiperosmótico, es decir, cuando la concentración salina de los tejidos aumenta. El presente estudio, que se publica en la revista Immunology & Cell Biology, revela que NFAT5 puede también atenuar respuestas inflamatorias patogénicas en linfocitos T independientemente de su función de respuesta a estrés.

NFAT5 es una proteína fundamental para la adaptación de las células de mamífero en condiciones de elevada salinidad, como las que se dan en el interior del riñón. A pesar de pertenecer a la misma familia de proteínas que los factores NFATc y NF-κB, bien conocidos por su papel clave en funciones inmunológicas, la función de NFAT5 en el sistema inmunitario se ha mantenido mucho menos conocida. Los estudios con modelos de ratones deficientes en NFAT5 desarrollados anteriormente por los expertos de la UPF muestran que, además de la función osmoprotectora, NFAT5 regula el desarrollo embrionario y no sólo influye en diversas funciones inmunológicas en situaciones de estrés salino, sino que también controla los umbrales de respuesta a patógenos y el desarrollo de los linfocitos T.

El actual trabajo muestra cómo NFAT5 puede activar diferentes tipos de genes en linfocitos T en función del contexto de estrés o la presencia de estímulos inflamatorios y daño tisular y, por tanto, confiere elasticidad al sistema inmunitario para permitirle orientar el tipo de respuesta linfocitaria hacia diferentes direcciones.

La investigación llevada a cabo por los investigadores de la UPF, que identifica la capacidad de NFAT5 para modular la intensidad de respuestas inmunitarias y distinguir situaciones de estrés de otros contextos inflamatorios, ilustra cómo el sistema inmunitario es capaz de percibir y integrar con precisión múltiples fuentes de información para mantener el funcionamiento del organismo ante una amplia diversidad de perturbaciones del entorno.