GM Madrid | jueves, 15 de junio de 2017 h |

Dos estudios presentados hoy en el 18 Congreso Europeo Anual de Reumatología (Eular), han puesto de manifiesto que existen diversas “limitaciones” en el tratamiento actual para la artritis psoriásica (APs).

En el primer estudio, un análisis de datos sobre pacientes reales ha demostrado que la persistencia del dolor es un factor común entre los pacientes con APs, a pesar del uso de las terapias biológicas disponibles en la actualidad. La presencia de dolores graves se asociaba con una merma superior de los aspectos de la calidad de vida relacionados con la salud y restricciones de las funciones físicas, la capacidad de realizar actividades y la productividad en el trabajo.

En el segundo estudio, la presencia de comorbilidades en los pacientes con APs, tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes o depresión, se asociaba a una mayor actividad de la enfermedad, mayores probabilidades de interrumpir el tratamiento anti-TNF y una reducción de la respuesta clínica.

“Estos hallazgos demuestran la necesidad de contar con tratamientos para la APs que ofrezcan una disminución sostenida del dolor para reducir sus efectos sobre la vida cotidiana del paciente y los costes asociados para la sociedad” aseguró el director del estudio, Philip Conaghan de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido. «Además, deberíamos evaluar si una terapia biológica concreta está controlando de manera apropiada la inflamación y tomar también en consideración las causas del dolor articular de naturaleza no inflamatoria»,añadió.

Entre los pacientes con APs, la calidad de vida en relación con la salud se reducía a medida que aumentaba la gravedad del dolor. Esto se reflejaba en las diferencias en las puntuaciones de los dominios del SF-36 relacionados con aspectos distintos al dolor (funcionamiento físico, salud en general, vitalidad, funcionamiento social, salud física, emocional y mental), que, en todos los casos, arrojaban diferencias clínicas y estadísticamente significativas (p <0,0001) entre los diferentes niveles de dolor.

La APs y las comorbilidades

La APs, una artritis inflamatoria asociada a la psoriasis, provoca inflamaciones y dolores y puede desembocar en daños en las articulaciones y discapacidad a largo plazo. La padece entre un 1 y un 3 % de la población .Se calcula que su prevalencia entre los pacientes con psoriasis varía entre un 6 y un 42 %, un abanico muy amplio que se explica por la heterogeneidad de los métodos de estudio y la falta de una clasificación y unos criterios diagnósticos aceptados de manera general. Como afecta tanto a la piel como a las articulaciones, los pacientes sufren un mayor grado de deterioro (y, por ende, una mayor reducción de su calidad de vida) que quienes solo padecen psoriasis.

Aparte de los problemas en la piel y las articulaciones, la APs se asocia con multitud de comorbilidades, como el síndrome metabólico (hiperlipidemia, hipertensión, diabetes mellitus y obesidad), otras enfermedades autoinmunes (como la enfermedad intestinal inflamatoria) o linfomas. Además, el peso de las comorbilidades físicas, que se incrementa con la gravedad de la psoriasis y la presencia de APs severa, aumenta la mortalidad.