CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 09 de febrero de 2018 h |

Con una de las fechas claves para la oncología en el horizonte (ASCO), los avances y novedades terapéuticas en este área están a la orden del día.

El XX Simposio Revisiones en Cáncer ha servido para, además de analizar los avances, adelantar lo que está por venir.

Durante el encuentro se esbozaron algunas de las líneas de investigación que en la actualidad están en marcha y que próximamente se conocerán los resultados. En el caso concreto del cáncer de próstata se jugaba con ventaja al coincidir la fecha con ASCO GU 2018 donde se dieron a conocer resultados de algunos estudios clínicos.

Lo que parece claro es que avanzar en los ensayos clínicos más allá de los objetivos de supervivencia global (SG) y supervivencia libre de progresión (SLP), y centrarse en la calidad de vida de los pacientes (Qol, por sus siglas en inglés) es un reclamo universal. Así lo expuso Sergio Vázquez, jefe de Oncología del HULA, que apuntó que en el caso de cáncer de próstata resistencia a castración metastásico, que tiene un mal pronóstico, al paciente lo que le interesa es el impacto que la enfermedad tendrá en su calidad de vida. Un fenómeno subjetivo que hasta ahora recogían pocos ensayos pero que cada vez se va incorporando más.

Un ejemplo. En el encuentro americano se han presentado resultados del estudio Stampede que muestra como la combinación de docetaxel con la terapia hormonal para el cáncer de próstata mejora la calidad de vida y disminuye la necesidad de una terapia posterior. Para ello, utilizaron una herramienta estandarizada donde los partipantes calificaron en una escala de cinco puntos, varios aspectos: movilidad; independencia; capacidad para realizar sus actividades diarias; niveles de dolor; así como ansiedad o depresión.

Mientras, el escenario terapéutico actual nada tiene que ver con el de hace cuatro años. Como recuerda el presidente de la Fundación ECO, Vicente Guillem, actualmente disponen de muchas estrategias como los fármacos antiangiogénicos, citostáticos, vacunas y radiofármacos. Un escenario prometedor que avanza rápidamente. El futuro, parece claro, ahora el esfuerzo se debe centrar en “aprender a secuenciar estos tratamientos”, apunta Guillem.