José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 16 de junio de 2017 h |

El concepto de teragnosis hizo fortuna a finales de los años noventa, explicó Ignasi Carrió, director de Medicina Nuclear del Hospital de Sant Pau de Barcelona, durante el Congreso de Semnin (Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular), “cuando un médico propuso un test de coagulación que iba ligado a una terapia anticoaguante”. Hoy en día, este concepto se emplea sobre todo en el campo de la medicina nuclear.

El ejemplo más conocido, señaló este experto, es el de los tumores neuroendocrinos. “En ellos, realizamos una prueba en la que se administran análogos de la somatostatina que si fijan a los receptores de somatostatina si los tumores los expresan en su superficie —señaló Carrió—. Estos análogos están marcados con un elemento radiactivo que nos permite detectarlos”.

Si los tumores expresan esos receptores, se puede administrar el mismo análogo, pero marcado con un elemento radiactivo que suministra altas dosis de radiación a las células marcadas pero no a las vecinas. Esta molécula lleva unida una sustancia radiactiva, que puede ser el lutecio o el litio. Por tanto, con la misma molécula se lleva a cabo el diagnóstico y el tratamiento.

A juicio de Carrió, una de las grandes ventajas de este tipo de teragnóstico es que es muy específico. “Como la primera prueba diagnóstica la realizas con la misma molécula que el tratamiento, te aseguras que sólo tratarás las células que expresen los receptores de somatostatina”, añadió.

Uso compasivo

Lutetium-177 dotatate (Lutathera, de Advanced Accelerator Applications) es un teragnóstico que sólo está disponible en España como uso compasivo en pacientes con tumores neuroendocrinos (TN) avanzados del intestino medio, en estado avanzado y en progresión, positivos para los receptores de la somatostatina. En Estados Unidos, este tratamiento ya está aprobado, y ha sido designado como medicamento huérfano por la Agencia Europea del Medicamento.

Por su parte, José Antonio Vallejo, presidente electo de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular y director de Medicina Nuclear del Hospital Reina Sofía de Córdoba, señaló que esta terapia (también conocida como terapia con radionúclidos de receptores de péptidos), “proporciona unos periodos libres de enfermedad muy superiores a los esperables en oncología. Con unas cifras de hazard ratio del 0,21 por ciento y una mediana de supervivencia libre de progresión mayor de 50 meses, que es mucho en este tipo de patologías”. Estos datos provienen del estudio de fase III Netter-1, que se ha publicado recientemente en el New England Journal of Medicine (NEJM).

Asimismo, la tasa de respuesta del 18 por ciento en el brazo de lutetium-177 dotatate es también notable pues hasta ahora no existían ensayos clínicos aleatorizados investigando otras terapias sistémicas que hubieran reportando tasas de respuesta por encima del 5 por ciento en esta población. Aparte de la terapia con lutetium-177 dotatate, otros teragnósticos que están en desarrollo con buenos resultados son, como comentó Vallejo, el PSMA galio 68, los receptores de bombesina cn próstata marcados con lutecio 177 o introducir emisores de radiación alfa. “Las partículas alfa presentan la ventaja de que tienen muy poco recorrido, por lo que, aparte de la zona tumoral, afectan a muy pocas células”, señaló este experto.