Sandra Pulido Madrid | viernes, 13 de julio de 2018 h |

Un equipo de investigadores internacionales ha descubierto que los pacientes con leucemia mieloide aguda (LMA) presentan mutaciones genéticas en la sangre años antes de que se desarrolle la enfermedad.

El estudio llevado a cabo por el Instituto Wellcome Sanger y el Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI), junto a investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) muestra que los análisis de sangre que estudian cambios en el código de ADN pueden revelar los orígenes de la LMA.

El Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC) es uno de los estudios de cohortes multicéntricos más grandes del mundo con más de medio millón de participantes de 10 países europeos.

“Es un estudio fundamentalmente genético que lo que hace es comparar a individuos que han desarrollado LMA con el patrón mutacional que les ha llevado a debutar en esta enfermedad”, explica a GM José M. Huerta, investigador del Ciberesp.

“Para ello hemos utilizado una estructura de cohorte que lleva muchos años establecido en Europa que es el estudio EPIC donde tenemos información y muestras de sangre de personas sanas y a las que se ha seguido durante dos décadas para localizar casos incidente tanto de cáncer como de enfermedad cardiovascular, y en este caso, de LMA”, continua el investigador.

“Gracias a que tenemos la información prediagnóstica en la sangre de los individuos cuando están sanos todavía, una vez que desarrollan la enfermedad podemos observar si hay marcadores preclínicos que podamos identificar para la predicción futura del riesgo”, añade.

Los científicos secuenciaron el ADN sanguíneo almacenado de 124 pacientes con LMA y lo compararon con el de 676 personas que permanecieron libres de LMA u otro cáncer.

Durante el análisis, descubrieron que muchas de las personas que desarrollaron LMA tuvieron cambios genéticos particulares que los diferenciaron de los que no lo hicieron. Estos cambios podrían usarse colectivamente para desarrollar una prueba predictiva del riesgo de LMA para identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar LMA muchos años antes de que lo hagan.

Identificar mutaciones

El estudio se centró en los genes que se sabe que están asociados con la LMA, y se encontraron mutaciones frecuentes en algunos de estos genes en muchas personas, incluidas algunas que no desarrollaron LMA. Sin embargo, los investigadores descubrieron que las personas que estaban en el camino de desarrollar LMA tenían un mayor número de mutaciones y que las mutaciones a menudo estaban presentes en una fracción mayor de sus células sanguíneas.

“En este estudio se han analizado diversas mutaciones características de lo que es una condición benigna asociada con la edad que se producen por el mero hecho de que las células de la sangre se repiquen y acumulen errores y mutaciones”, subraya Huerta quien indice en que lo que han podido comprobar es “que algunas de estas células, además, acumulan otras mutaciones en mayor frecuencia y en mayor numero. Y estos individuos que acumulan estas mutaciones –en este patrón mutacional, mayor y alterado– son los individuos que acaban desarrollando con mayor frecuencia la condición maligna”, asegura.

Asimismo, “lo que estamos viendo es que hay un camino mutacional inicialmente común pero que en algún momento se bifurca y nos permite diferenciar, años antes de que debute la enfermedad, quien va a progresar hacia la condición benigna o quien va a progresar hacia la condición maligna”, puntualiza.

Futuro cribado

Los investigadores van a aprovechar estos hallazgos para desarrollar pruebas de detección robustas e impulsar una investigación sobre cómo prevenir o detener la progresión. “La idea es hacer cribados para detectar enfermedades cuatro o cinco o incluso 10 años antes de la enfermedad. Pero el objetivo es poder desarrollar un algoritmo de predicción genética para hacer un cribado genético que nos permita saber en las personas sanas con que probabilidad van a desarrollar LMA”, concluye Huerta.