J. V. Madrid | viernes, 20 de enero de 2017 h |

Aunque no existe una cura para la esquizofrenia, la enfermedad puede ser controlable y hay tratamientos que permiten a las personas con esta patología mantener sus síntomas bajo control y evitar las recaídas.

El jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora de Madrid, Fernando Cañas, destaca que “un 15 por ciento de pacientes con esquizofrenia solo tendrá un único episodio psicótico en su vida, mientras que en el resto, la enfermedad se caracteriza por una serie de recaídas que se van traduciendo en un deterioro progresivo del paciente”.

Ahora, gracias a la llegada de palmitato de paliperidona (Trevicta, de Janssen) a España —el primer tratamiento para esta patología que se administra solo cuatro veces al año— se podrá reducir la probabilidad de recaída y la progresión de la enfermedad.

De hecho, los dos estudios fase III que han facilitado la autorización del fármaco han demostrado que administrado trimestralmente es al menos tan eficaz en la prevención de recaídas como la formulación mensual.

Sin embargo, la otra preocupación que tienen los especialistas es la adherencia.

“La principal consecuencia de una mala adherencia al tratamiento es una tasa más elevada de recaídas que serían evitables, con mayor índice de rehospitalizaciones e ingresos más prolongados. Por eso, en la esquizofrenia la adherencia al tratamiento es clave”, asegura Miquel Bernardo, consultor sénior del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona y director de la Unidad de Esquizofrenia del mismo centro, quien añade que está “especialmente indicado para los pacientes con menor tendencia a la adherencia”.

La autorización en Estados Unidos se produjo hace un año y medio y la experiencia clínica está siendo “muy positiva” por lo que aunque no se pueda hablar de curación, al menos sí de un mantenimiento asintomático del paciente, lo que permite “una recuperación completa, frenando el deterioro que se asocia a cada recaída”, como concluye Cañas.