E.M.C. Madrid | viernes, 03 de marzo de 2017 h |

La Unidad de Sueño-Ventilación del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid realiza cada año cerca de 800 polisomnografías (PSG), un estudio clave para el diagnóstico del síndrome de apnea-hipopnea del sueño, entre otras patologías. La elevada carga de trabajo de esta unidad está en el origen de uno de los proyectos de e-salud más interesantes del panorama nacional. Tanto es así, que quedó entre los proyectos finalistas dentro de esta categoría de la última edición de los Premios Best in Class, que concede GM.

Daniel Álvarez, que junto a Félix del Campo, es uno de los responsables del Proyecto ScreenOx, explica los detalles de esta iniciativa, que considera “un paso más en la integración de las tecnologías de la información en los servicios de salud”. El proyecto, todavía en fase de desarrollo, “supone un cambio muy importante tanto para el propio profesional como para el paciente”. Álvarez explica que gracias al empleo conjunto de un dispositivo de oximetría portátil y de un sistema de e-salud que integra la transmisión, el procesado y el envío y visualización de resultados, el especialista puede decidir qué pacientes necesitan realizar realmente un estudio más completo, “evitando el consumo innecesario de recursos”, remarca.

De este modo, “el paciente puede realizar un estudio simplificado preliminar en su propio domicilio”. “Con nuestro sistema de procesado automático, somos capaces de extraer toda la información valiosa que contiene esta prueba simplificada y decidir si es necesario o no derivar al paciente a la Unidad del Sueño”, explica. Actualmente, todos los pacientes que llegan a las consultas de Neumología con síntomas de padecer trastornos respiratorios durante el sueño son derivados a la Unidad para realizar una polisomnografía (PSG), una prueba poco accesible y de realización compleja que exige que el paciente duerma toda la noche en el hospital.

Con este proyecto, asegura, se lleva a cabo un primer cribado en el domicilio. El paciente realiza la oximetría durante la noche con un dispositivo portatil y el especialista solo tiene que conectarse para recibir los datos, transmitidos y procesados en la nube, para, finalmente, enviar estos resultados a otro especialista, que deberá tomar la decisión final sobre el diagnóstico del paciente, indica.

Aunque los datos concretos no podrán conocerse hasta que finalice el proyecto, con la realización de un estudio de coste-eficacia, tal y como matiza Álvarez, los datos preliminares conseguidos en las primeras fases del desarrollo indican que “sería posible evitar hasta un 40 por ciento de estudios de PSG totalmente innecesarios, y siempre exigiendo precisión diagnóstica del 100 por cien.”

Desde la presentación de la candidatura a los premios BIC, se ha conseguido avanzar de manera importante en su desarrollo. La parte técnica del proyecto está bastante avanzada y ya se han desarrollado versiones preliminares de los módulos de procesado automático de la señal de oximetría y de los módulos de transmisión-recepción y visualización de resultados, asegura. “Las pruebas de validación que realicemos una vez que se complete la población de estudio permitirán depurar las funcionalidades de la herramienta en cuanto a la interfaz gráfica, visualización de resultados, etc.”, indica. En este momento, el equipo continúa recopilando información para crear una muestra de población representativa que permita evaluar de forma exhaustiva el sistema de e-salud.