Lucía Barrera Enviada especial a Chicago | viernes, 10 de junio de 2016 h |

El 52º Congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), celebrado como cada año en Chicago, ha congregado a 35.000 asistentes para abordar los últimos avances en este campo.

Pregunta. A diferencia de la anterior edición, los estudios seleccionados para ser destacados abarcan, además de inmunoterapia, la combinación con otras terapias dirigidas y quimioterapia, ¿ha sido premeditada esa elección?

Respuesta. Muchos ensayos este año han ido dirigidos a las combinaciones con tratamientos ya establecidos, más allá de la inmunoterapia. La inmunoterapia es muy interesante por los beneficios que está demostrando a largo plazo, buscando nuevas indicaciones, en diferentes patologías y se están buscando nuevas alternativas de combinación con las terapias dirigidas. Tenemos que seguir definiendo cómo funciona.

P. ¿Cómo ha avanzado la inmunooncología?

R. La inmunoterapia, como concepto, es hoy el área más importante porque si piensas cuál es el problema del cáncer es que el sistema inmune no reconozca las células tumorales y aquí es donde trabajan estos fármacos.

Ha demostrado en diferentes estudios, al menos en este encuentro, que funciona a largo plazo, hay un porcentaje alto de pacientes que incluso muestran respuesta sostenida a los 3-5 años después de la terapia, en muchos casos en tumores que no tenían otro tratamiento.

P. En junio de 2015 ASCO publicó un marco conceptual para establecer el verdadero valor de los tratamientos basado en los beneficios clínicos, los efectos adversos y el coste, ¿cómo está funcionando?

R. ASCO presentó el año pasado este sistema que recibió más de 400 comentarios de compañías, asociaciones y profesionales. Los hemos revisado y modificado el documento, que ha sido presentado justo antes de este congreso. Las modificaciones han incluido más informes sobre los beneficios para los pacientes, se trata de una herramienta que tiene que estar en continua mejora. El otro área donde se ha trabajado es incluyendo elementos comparativos fuera de los ensayos clínicos. Seguiremos adaptándolo en la versión tres.

P. Se habla mucho de secuenciación de tratamientos y de combinar las diferentes opciones terapéuticas pero, ¿qué impacto puede tener esto en el acceso?

R. La combinación de fármacos debe mostrar una mejora en la salud de los pacientes, y se debe tener cuenta tanto la supervivencia y el tiempo sin recaída como el coste que suponen. Tenemos que usarlos donde sean beneficiosos. Esto es la medicina de precisión, hay que encontrar biomarcadores para elegir a los pacientes que se pueden beneficiar. En este congreso hay muchos abstracts al respecto, centrados en las mejoras que supondrán para los pacientes.

P. ¿Cómo se puede afrontar el incremento de coste que suponen?

R. Debemos trabajar conjuntamente con las compañías farmacéuticas para asegurarnos que estos medicamentos puedan llegar a los pacientes. Tenemos que poner esfuerzos en elegir a los pacientes que pueden beneficiarse y no dar estos medicamentos a aquellos donde no es predecible que funcionen. Sólo se puede abordar usando dando estos tratamientos a las personas que realmente se pueden beneficiar.

P. ¿Cómo es la colaboración en este sentido con la sociedad europea (ESMO)?

R. Tenemos varias líneas de trabajo juntos. Los sistemas sanitarios son muy diferentes, es muy difícil dar con una fórmula para todos los países, pero los sistemas comparten problemas. En muchos casos el sistema de EE.UU. tiene más problemas que los europeos. Estamos intentando desarrollar una nueva idea evaluando los mejores cuidados a los pacientes en función de los beneficios que reportan, porque en EE.UU el actual sistema es insostenible.

P. El año pasado el avance del año para ASCO fue la inmunooncología, ¿alguna pista sobre lo que destacará este año?

R. Creo que será la continuación de la inmunooncología, quizás la combinación de la inmunoterapia con otras terapias. Ese será el siguiente paso.