Almudena Fernández Madrid | viernes, 29 de abril de 2016 h |

Elvira Callejo acaba de asumir la presidencia de la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Socalemfyc) y, tal y como explicó a GM, la región todavía tiene pendiente la implantación plena del modelo organizativo de AP del 85.

Pregunta. ¿Cómo valora su nombramiento y a qué retos se enfrenta?

Respuesta. Es una gran responsabilidad y un reto apasionante. Uno de los objetivos que nos planteamos es contribuir a recuperar la ilusión entre los profesionales. Aunque las condiciones son difíciles y han empeorado, no podemos consentir que eso ensombrezca lo que somos o consiga que no hagamos todo aquello de lo que somos capaces.

Como sociedad científica, el principal objetivo que tenemos es la generación y difusión de conocimiento, realizar actividades de interés para los profesionales e impulsar los grupos de trabajo.

Sigue siendo un reto la defensa del desarrollo de una AP como verdadero eje del sistema. También trasmitir a los residentes de MFyC las oportunidades que les ofrece formar parte de una sociedad como ésta y llevar la especialidad a los estudiantes porque, pese a que cerca de la mitad serán médicos de familia, para ellos sigue siendo una desconocida.

P. ¿Cuáles son las principales deficiencias de la medicina de familia en CyL?

R. Nuestra comunidad tiene aún pendiente la implantación plena del modelo organizativo de AP definido en 1985 y cada día se hace más patente la necesidad de desarrollarlo. La apuesta por el modelo necesita una mayor dotación presupuestaria, redimensionar las plantillas y mejorar la dotación material y tecnológica de los centros asistenciales. Esta apuesta precisa integrar la atención hospitalaria y la primaria, ya que el seguir anclados en un modelo hospitalocentrista dificulta mucho las posibilidades de cambio. Hay que apostar por la atención coordinada, es imprescindible compartir una única historia clínica y desarrollar cauces de comunicación entre los servicios hospitalarios y los centros de salud.

Por último, es fundamental que mejore la comunicación entre los equipos y sus gerencias, que consideramos hoy como una de las causas más importantes de la desmotivación de los profesiones.

P. ¿Cree que hay profesionales suficientes en plantilla?

R. Hay carencia de profesionales en muchos centros para tener cupos ajustados a las recomendaciones de los organismos internacionales y para contar con profesionales que garanticen la necesaria cobertura asistencial ante incidencias o ausencias programadas manteniendo la calidad de la atención.

P. ¿Deberían convocarse más OPEs?

R. Consideramos necesario que exista un plan de traslados y oposiciones periódicos, regulares y objetivos, con baremos justos y mantenidos en el tiempo, que aporten estabilidad en el trabajo y en los equipos, así como expectativas de futuro a los que finalizan la especialidad.

P. En cuanto a la situación laboral de los profesionales, ¿cómo la calificaría?

R. Hay mucha inestabilidad, muchos profesionales no están ocupando sus plazas precisamente por la falta de convocatorias de oposiciones y traslados periódicos y hay un elevado porcentaje de interinidad en los equipos.

P. ¿Cree que la atención al paciente se ha visto afectada por los recortes?

R. La crisis económica ha sido una oportunidad perdida. Según la OMS, una AP bien desarrollada es eficiente para los sistemas sanitarios, por lo que éste hubiera sido un buen momento para reforzarla, sin embargo, los presupuestos dedicados a la misma se han reducido.

Esta reducción presupuestaria ha sido en gran parte en personal (’sustituciones cero’, no reposición de plazas) con repercusión en la sobrecarga asistencial y en la continuidad de la atención. Además, en ocasiones hemos tenido dificultades para acceder a las pruebas complementarias.

Aun así, la repercusión en la atención al paciente ha sido mucho menor de lo que podría haber sido debido al esfuerzo de los profesionales, pero eso está teniendo un importante coste personal sobre ellos.

P. ¿Considera que los jóvenes médicos de familia tienen salidas laborales suficientes en la región?

R. El panorama laboral para los que han terminado en los últimos 20 años ha sido muy difícil, no ha habido apenas posibilidades para acceder a plazas en centros de salud. De hecho, no hay ningún MFyC de las últimas 15 promociones con plaza estable, pero eso tendrá necesariamente que cambiar porque se avecinan jubilaciones masivas y es imprescindible que esas plazas se cubran.

Sin embargo, no hay que olvidar que el médico de familia por su perfil profesional, tiene otras salidas laborales. Por su formación integral, es el profesional idóneo para trabajar en urgencias o emergencias, que es una salida muy interesante para muchos profesionales.

P. Recientemente, la Administración aseguró que han de convocarse más plazas de familia cuando desde Socalemfyc llevaban mucho tiempo solicitándolo sin éxito, ¿cómo lo valora?

R. En Castilla y León se calcula que en cinco años se jubila el 40 por ciento de los médicos de familia. La falta de relevo generacional es algo previsible y es obligación de la Administración tenerlo en cuenta. No olvidemos que para tener un médico de familia, se necesitan diez años.

En Castilla y León las plazas MIR de medicina de familia han disminuido en los últimos años (de 144 en 2010 a 87 en 2015), aunque ha aumentado algo la oferta de esta última convocatoria (95). Eso se debe a una visión cortoplacista centrada en el ahorro. Tampoco se ha fidelizado a los médicos que terminaban la especialidad, ya que la formación MIR en esta comunidad ha estado y sigue estando infravalorada en las oposiciones y bolsas de empleo.

P. La sanidad española tendrá que enfrentarse a un proceso de regeneración, ¿qué papel deberá jugar la medicina de familia en el mismo?

R. El sistema ha estado tradicionalmente centrado en la atención hospitalaria y enfocado al paciente agudo. Sin embargo, el patrón epidemiológico ha cambiado y la mayor utilización de los servicios sanitarios corresponde a crónicos, en muchas ocasiones, pluripatológicos. Su atención requiere continuidad de cuidados, longitudinalidad, atención integral, y muchas veces, domiciliaria. Por ello, la AP es el nivel asistencial idóneo.

La MFyC reúne las características necesarias para liderar la atención al crónico, pero la apuesta por potenciarla debería de ser más valiente. Es necesaria una planificación sanitaria estratégica a largo plazo y no unos objetivos para la duración de una legislatura.

P. Desde las administraciones se habla mucho de la primaria, ¿cree que esto se ve reflejado en el día a día?

R. La percepción de los profesionales es que no se valora la primaria como se dice. Estamos muy lejos de cumplir las recomendaciones de organismos como la OMS en dotación presupuestaria, médicos de familia en las plantillas, etc.

A nuestra sociedad le preocupa además el escaso valor que se da a la formación MIR en CyL. En los baremos de contratación (oposiciones, bolsas de trabajo) haber realizado esta formación incluso perjudica para obtener una plaza, y eso solo puede deberse a la poca importancia que se da al trabajo que realizamos.