josé a. rodríguez Madrid | viernes, 25 de septiembre de 2015 h |

La realización de un correcto estudio de las células leucémicas mediante técnicas de citogenética para identificar las mutaciones, así como la aplicación de técnicas moleculares para conocer las sobreexpresiones, es clave para realizar el diagnóstico más preciso de esta patología. Así lo señala Adolfo de la Fuente, oncólogo médico del Servicio de Hematología del MD Anderson Cancer Center Madrid, que ha participado en el simposio anual “Actualización en el Tratamiento de la Leucemia Aguda”, organizado por el citado centro. Durante esta jornada se han abordado las últimas novedades en cuestiones como el diagnóstico y el tratamiento de la leucemia mieloide aguda (LMA), que supone el tipo de leucemia aguda más frecuente entre los adultos, con una incidencia de 3 casos por 100.000 habitantes y año.

Como explica De la Fuente, “el mejor conocimiento de la biología tumoral permite no sólo comprender por qué aparece esta enfermedad, sino que también abre posibles vías para el tratamiento”. En este sentido, señala que, en los últimos años, numerosos estudios han avalado la validez de las técnicas de citogenética y las técnicas moleculares para realizar un diagnóstico preciso y realizar un correcto seguimiento de la patología. De todos modos, este experto también reconoce que no todos los centros tienen la capacidad para realizar estas pruebas, aunque sí que pueden establecer colaboraciones con otros centros que las lleven a cabo.

Pocas novedades en tratamiento

En cuanto a las novedades en el abordaje de la patología, De la Fuente comenta que “en los últimos años, desgraciadamente, ha habido pocos cambios en el tratamiento de la leucemia, ya que los intentos de mejorar los agentes quimioterapéuticos han fracasado”. Aunque, por otro lado, señala este experto, “en estos momentos se está investigando con varias moléculas que esperamos que aporten ventajas y abran nuevas vías de tratamiento”. En concreto, se espera que estas moléculas “aporten mayor supervivencia, mayor efectividad, mejor control de la enfermedad y un perfil tóxico que sea aceptable o incluso mejor que los actuales”.

Por otro lado, De la Fuente también indica que se han producido grandes mejoras en los cuidados de soporte, sobre todo en el marco del trasplante de médula ósea. La quimioterapia y los trasplantes de médula son tratamientos agresivos, que causan una extrema fragilidad en las personas y que, incluso, pueden provocar su muerte. “Gracias a las mejoras en los cuidados de soporte, se pueden prevenir o tratar con mucha más eficacia las complicaciones asociadas a estos tratamientos, lo que ha permitido reducir la mortalidad”, añade este experto.