Hablan los Profesionales

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A. Fernández/C. m. lópez Madrid | viernes, 06 de mayo de 2016 h |

El profesional tampoco quedó al margen del Real Decreto 16/2012. De hecho, muchos insisten en hablar de una legislatura “por decreto” que marcó el rumbo de los sanitarios en materia de recursos humanos. En un sector, que hasta el momento no pensaba demasiado en el desempleo. Ante esta situación, aparecieron dos figuras claves para el SNS: el Foro de la Profesión Médica y la Mesa Estatal de Enfermería (MEE). Como indica el presidente de Satse, Víctor Aznar, esta normativa inició el camino, “aun sin retorno”, de los recortes, y el Pacto por la Sostenibilidad y la Calidad del SNS, que comprometió al Gobierno a iniciar más de 100 medidas para mejorar la situación de los profesionales, “y que se ha incumplido en un 98 por ciento”. Un balance “pobre”, a juicio del portavoz del Foro, Francisco Miralles. El rumbo de estos dos grupos profesionales ha ido en paralelo, si bien en los últimos tres años se ha caracterizado por una relación de amor odio entre los profesionales y el ministerio de Sanidad, por promesas incumplidas y “traiciones” sin resolver.

Pero, cinco años han dado para mucho, Ana Mato y Alfonso Alonso han ido moviendo sus hilos dando el visto bueno a algunos decretos “históricos”, como la troncalidad o el registro de profesionales, y ralentizando la aprobación de otros, como la gestión clínica que sigue sin ver la luz. Pero sin duda, si hay uno que colmó la paciencia de todos para bien y para mal fue la prescripción enfermera. Tras nueve años de espera y de lucha, el decreto que permite indicar medicamentos a los enfermeros vió la luz con una serie de modificaciones, “manipuladas”, a juicio de los enfermeros por los médicos.

Esa “traición del Gobierno” de la que tanto hablan el presidente del CGE, Máximo González Jurado,y Aznar supuso un antes y un después para la relación entre ambos colectivos. Enfermería tiene claro que el próximo ‘inquilino’ del ministerio de Sanidad tiene que derogar la normativa para que vuelva en su origen a lo que “conjuntamente médicos, enfermeros y grupos políticos consensuaron hace años”.

Por otra parte, la publicación del decreto de gestión clínica fue otra de las promesa del ministro en funciones Alfonso Alonso se dejó en el cajón. Algo que el Foro todavía no perdona y que cada vez ve más lejos.

En general, para Miralles, ha sido un lustro de recortes ya no sólo en materia de recursos humanos, la calidad del sistema también se ha visto resentida. “Se ha perdido confianza por parte de pacientes y profesionales, y las imposiciones políticas y los decretazos no han ayudado”.

Lo único que se salva de este periodo fue la constitución de la mesa del conocimiento del Foro de las Profesiones Sanitarias. Una petición que venían reclamando médicos y enfermeros y que consideran puede arrojar luz a la estabilidad del sistema.

Asuntos pendientes

Como recuerda el vicesecretario de la OMC, Jerónimo Fernández, el desarrollo profesional; el pacto por la sanidad; y la precariedad laboral fueron compromisos firmados e incumplidos. La OMC también pone el foco en la financiación de las innovaciones, y el sistema de precios de referencia. “Cuestiones que deben revertirse de cara al futuro”, comenta.

Además, la burbuja universitaria es cuestión de Estado para el Foro de la Profesión. A pesar de las advertencias de frenar la apertura de nuevas facultades de medicina, las comunidades han seguido su ritmo y no han cesado en su empeño de aumentar la oferta médica. A esto se suma también la falta de planificación entre el número de plazas MIR y el de estudiantes de medicina que salen de las facultades.

Para el presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas (Facme), Carlos Macaya, no hay duda de que la sanidad se ha deteriorado por la crisis económica. Las inequidades entre las diferentes comunidades en materia de gasto per cápita se han ido agravando en estos años y no cree que exista solución a corto plazo. “No es un café para todos, —indica— pero es necesario reorganizar el modelo”.

Todos consideran que no solo han disminuido los recursos económicos para financiar la sanidad, sino que se han eliminado “de un plumazo” los derechos sociales, profesionales y laborales que habían costado decenas de años conseguir. “Es indispensable propiciar un aumento progresivo de la financiación pública hasta equipararse, al menos, a la media de lo que gastan países comunitarios”, asegura Aznar, al tiempo que advierte de que “las distintas administraciones deben comprometerse a que los presupuestos lleguen en su totalidad a los servicios sanitarios, por tanto, que sean finalistas”. Pero para todo ello es necesario que el Consejo Interterritorial sea vinculante. Tanto Fernández como Miralles coinciden en que hay que cohesionar la sanidad.

La primera piedra para revertir la situación es recuperar lo perdido. “Al menos un 10 por ciento del presupuesto”, insiste Miralles. También se han dado pasos ‘paliativos’ contra el RD 16/2012. Como recuerda Fernández, aunque el Gobierno abrazó en un primer momento un modelo de aseguramiento “poco apto”, Alonso revirtió esta situación devolviendo la asistencia a los inmigrantes.

En cualquier caso deberes le quedan unos cuantos al próximo Gobierno. Para el sindicato enfermero el responsable de la cartera sanitaria ya tiene en agenda el aumento del empleo; el desarrollo real y efectivo de las especialidades ; y mayores competencias a enfermería. En esta línea, el esfuerzo que tendrán que hacer a partir de ahora es enorme, según Fernández, y pasará por eliminar del debate político la sanidad.

Primaria

Si hay un nivel que se ha visto más afectado por los recortes, ese es el de la atención primaria. Josep Basora,presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), detalló que desde 2011 comienzan a notarse los recortes sanitarios y, además, se “ceban mucho” con el primer nivel asistencial, fundamentalmente con sus recursos humanos. Se producen recortes en las plantillas, en mucho centros a medida que se jubilan los profesionales no se produce un recambios y tampoco se dispone de presupuesto para pagar sustituciones ni vacaciones. “Esto hace que haya una pérdida importante de recursos humanos en AP, donde básicamente la efectividad depende de las personas, no de técnicas, ni de aparataje.

Asimismo, señaló la ruptura de la longitudaneidad como otro de los problemas fundamentales y la consecuente ruptura de la continuidad asistencial para que el médico sea conocedor de los problemas de salud del paciente y, a su vez, que la persona que acude deposite su confianza en él. La accesibilidad es también fundamental y a causa de la escasez de profesionales y la saturación de las consultas se ha incrementado la demora. “Con la crisis estas cosas han variado a peor porque ha habido recortes en profesionales, y si queremos que la AP continúe resolviendo el 90 por ciento de los problemas hay que cuidar esto”, subrayó para añadir que sin accesibilidad ni continuidad las personas irán a otra parte a buscar su salud.

Asimismo, se han incrementado las inequidades y se ha restringido el derecho a la atención. Por un lado, ha asegurado Basora que el sistema no es ahora universal y hay enfermedades comunitarias, como por ejemplo la tuberculosis, con las que pueden surgir problemas si el me´dico de familia no atiende a toda la población. Además, con la crisis se han creado desigualdades en cuanto a las prestaciones en los distintos servicios de salud, tanto farmacéuticas como en acceso a determinados servicios. Asimismo, aunque todavía es pronto para saberlo, los primeros datos podrían apuntar a un empeoramiento de la esperanza de vida.

Antonio Fernández-Pro, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de familia (SEMG), señaló como la característica de los últimos años el que los recursos económicos y materiales son cada vez más escasos, especialmente en el ámbito de AP, y aseguró que “la desmotivación aflora entre unos profesionales que siguen siendo de los mejor valorados por la población a la que atienden”. En su opinión, el creciente hospitalocentrismo se contrapone al concepto de AP como eje del sistema. “Paradójicamente, con la excusa de la crisis se ha instaurado el pretexto del ahorro, y hablar de ahorro en sanidad está fuera de lugar”, apostilló.

El caso de la pediatría de atención primaria no difiere mucho de lo anterior. Concepción Sánchez Pina, presidenta de la Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria (Aepap), detalló que se ha notado fundamentalmente una disminución de los presupuestos con el consecuente aumento de los cupos —que pueden llegas incluso a más de 2.000 niños por profesional—, además de manera desigual, por ejemplo, en Madrid, en Galicia, en Andalucía o en Cataluña este presupuesto es muy escaso. También algunas iniciativas como la de la carrera profesional, cuyo objetivo era incentivar a los profesionales, se han visto paralizadas.

El escaso reemplazo generacional es otro de los problemas de este nivel, sobre todo teniendo en cuenta que en diez años se jubilarán la mitad de los facultativos que están ahora en activo, motivo por el cual Sánchez Pina recuerda la necesidad de convocar más plazas de formación.

“No puede ocultarse que el milenio ha comenzado con una crisis de los sistemas de salud, agravada en los últimos años por una situación de crisis económica que ha encontrado a los profesionales erosionados y a los ciudadanos irritados e insatisfechos”, laméntó Venancio Martínez, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (Sepeap). Sin embargo, recordó que la medicina sigue siendo la profesión más valorada por la población y la opinión negativa de los usuarios se dirige más que a los médicos a las instancias gestoras y de gobierno administrativo por no haber cumplido con el objetivo de colocar al paciente en el centro del plan organizativo, burocratizar la asistencia, despreocuparse de la falta de información, generar listas de espera y permitir la saturación de los servicios de urgencia.