| viernes, 07 de septiembre de 2018 h |

La farmacia madrileña está a un paso, como quien dice, de hacer historia. Un paso que tiene como protagonista absoluta a la Asamblea regional, encargada de ratificar antes de final de año la nueva Ley de Ordenación Farmacéutica consensuada entre la Consejería de Sanidad de Enrique Ruiz Escudero y el COF de Luis González y que abre puertas y ventanas a la labor asistencial del farmacéutico como agente de salud.

Con su propuesta de que los farmacéuticos puedan prestar atención farmacéutica domiciliaria a mayores dependientes o pacientes en situación de vulnerabilidad para realizar el seguimiento de sus tratamientos y de manera complementaria al que llevan a cabo los profesionales sanitarios del Sermas, la futura LOF madrileña se presenta como la adalid de una nueva forma de hacer farmacia, más acorde a los tiempos y necesidades actuales.

Sin duda la atención domiciliaria está hoy en el epicentro del debate. Mucho se hablará de este proyecto, antes incluso de que se debate en la Asamblea. No en vano, la atención domiciliaria centrará el encuentro organizado por Cofares los días 12 y 13 de septiembre en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y bajo la dirección de Julio Sánchez Fierro.

Los argumentos en positivo serán sin duda la mejor arma para contrarrestar la resistencia que, en muchas ocasiones, sigue generando el cambio. La reacción del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid, anunciando una campaña de oposición al proyecto, no es de extrañar, y enlaza a la perfección con la campaña de acoso y derribo que otros organismos del ámbito de la Enfermería (Consejo General, Colegios Regionales y el sindicato Satse) vienen llevando a cabo contra la farmacia asistencial.

El cambio es inevitable. Es cuestión de tiempo que todos entiendan que en la asistencia al paciente hay espacio suficiente para todos. Que, como en cualquier fórmula matemática, la cruz verde, no resta; siempre suma.

El cambio es inevitable. Es cuestión de tiempo que todos entiendan que en la atención al paciente hay espacio para todos