| viernes, 16 de febrero de 2018 h |

Nada más llegar Alfonso Alonso al Ministerio de Sanidad planteó que había llegado el momento de compensar a los profesionales sanitarios por el esfuerzo que habían realizado durante la crisis económica. Aquellas declaraciones son de diciembre de 2014. Alonso ya ha abandonado su despacho en el Ministerio y tras un periodo de interinidad de Fátima Báñez, Dolors Montserrat recogió su testigo en noviembre de 2016. Es decir, han pasado más de tres años y más de tres ministros y poco ha cambiado en materia laboral.

Una de las medidas más controvertidas de la crisis económica fue la de ampliar el horario de los médicos de 35 a 37,5 horas semanales. Los mensajes públicos del Gobierno hablan del fin de la crisis, pero el Ministerio de Hacienda no ha dado directrices para revertir esta medida. Lo han intentado en vano diferentes comunidades autónomas que se han estrellado con el Tribunal Constitucional que entiende que es una competencia del Gobierno y que las regiones no pueden regular el horario de los profesionales.

Los médicos entienden que si la crisis ha terminado como ha dicho una y otra vez el Gobierno es el momento de derogar las medidas anticrisis. El sindicato CESM ha terminado por cansarse y con el apoyo del Foro de la Profesión Médica convocará una manifestación el próximo 21 de marzo a las puertas del Ministerio de Sanidad.

Además de la cuestión de las 35 horas existen otras viejas reivindicaciones en el tintero como el salario. Los médicos calculan que desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se produjeron los primeros recortes, han perdido entre un 25 y un 30 por ciento de su poder adquisitivo. La jornada y el salario son las principales reclamaciones, pero la carrera profesional homogénea en todo el territorio nacional, OPE y concursos de traslados con una periodicidad bienal y la adecuación de las plazas MIR al número de graduados anuales son aspectos que estarán encima de la mesa y a los que urge ya buscarle solución.

Aún queda tiempo para negociar, más de un mes. Montserrat ya ha anunciado su intención de convocar las mesa sectorial y frenar esta manifestación. Da la sensación de que el agotamiento va más allá del plano institucional. Cada vez vemos cómo se habla más del burnout en los profesionales sanitarios. La presión asistencial es enorme y los médicos quieren respuestas.