J.Ruiz-TAGLE Env. esp. a París | viernes, 13 de abril de 2018 h |

Uno de los artífices que tuvo detrás el Plan Nacional contra la Hepatitis C ve ahora la oportunidad de dar un nuevo impulso a esta estrategia para conseguir el nuevo objetivo que deberían tener presentes el poder político: avanzar hacia la eliminación de la hepatitis C.

Pregunta. ¿Se ha superado ya la necesidad de establecer guías de tratamientos?

Respuesta. Las guías tuvieron su sentido máximo cuando había cuatro o cinco opciones de diferente duración y con la opción o no de incorporar ribavirina. Esto ahora está simplificado porque tenemos básicamente dos opciones pangenotípicas que curan en cualquier escenario en un 95 por ciento.

P. ¿Cuál es el siguiente paso contra la hepatitis C?

R. Lo que habría que plantearse ahora es pasar de una guía de tratamiento a una guía de eliminación. Podríamos fijarnos en la que han hecho los franceses, que han establecido tres prioridades: establecer un cribado universal para cada ciudadano una vez en la vida, expandir el número de médicos tratadores y dar facilidades para descentralizar el cuidado, sobre todo pensando en las cárceles.

P. ¿Es coste efectivo el cribado universal?

R. Existe una evidencia científica sólida que dice que sí.

P. Cuando habla de expandir el número de médicos tratadores, ¿en qué está pensando?

R. En Australia, el 60 por ciento de los tratamientos están seguidos por médicos de Atención Primaria o enfermería. Y la tasa de curación es la misma. En España no es realista este planteamiento pero sí que se podría expandir el número de tratadores incorporando a los especialistas en digestivos, que hay unos 3.000.

P. ¿Y qué papel le quedaría al hepatólogo en esta patología?

R. Los franceses proponen estratificar a los pacientes. Si hay un paciente añoso, con otras patologías o con un tumor hepático, sí entraría el hepatólogo.