C.M. LÓPEZ Madrid | viernes, 14 de septiembre de 2018 h |

El gasto en I+D en España está muy lejos de los objetivos de Europa 2020, situándose en el 1,22 por ciento con respecto al PIB. Así se recoge en el primer informe sobre la investigación e innovación en cáncer en España, elaborado por Aseica, AECC, y la Fundación Bancaria ‘la Caixa’.

Así, este trabajo explica que España dedica a I+D 286 euros por habitante al año en todos los sectores, un cuatro por ciento menos que en 2007. Como apuntan los autores, esta cifra es notablemente inferior a la de los países de referencia, y se trata del único país en el que el gasto en I+D ha bajado durante la crisis. En comparación con otros países, Alemania dedica 1.124 euros por habitante y Francia 750 euros.

Con todo, la asignación presupuestaria del sector público en I+D se ha reducido un 28 por ciento en el periodo 2010-2016, de 178 euros a 130 euros por habitante al año. “El gasto público en I+D anual se ha reducido en 1.400 millones de euros en el mismo periodo, un 21 por ciento”, aseguran.

En este contexto, estas asignaciones presupuestaria en I+D del sector público ha tenido una alta variabilidad, creciendo más que el resto de los países entre 2000 y 2009, y reduciéndose más drásticamente después de la crisis.

Como indican los expertos, esta brecha entre el gasto en I+D y el de los líderes mundiales en el sector público y privado está limitando la capacidad del ecosistema de contribuir al reto del cáncer y de competir internacionalmente en el atracción de talentos y de flujos de inversión. Todo ello también ralentiza el flujo el tiempo necesario para que los resultados de la investigación y la innovación lleguen al paciente.

Como se pone de manifiesto en el informe, destaca el importante incremento de la financiación filantrópica en el ámbito del cáncer, que se ha multiplicado por cuatro en los últimos años. De 9 millones de euros hasta 42 millones de euros anuales, y previsiblemente seguirá aumentando.

Como apunta el presidente de Aseica, Carlos Camps, la intención es duplicar la inversión hasta el 2030 y conseguir así mejorar la supervivencia hasta el 75 por ciento. Para conseguir todo esto, es necesario por tanto trabajar en una estrategia nacional. Una ambiciosa iniciativa que parece que está a punto de despegar.