GM Madrid | viernes, 22 de junio de 2018 h |

Son muchos los trabajos que aluden al impacto de la enfermedad en la vida laboral de los pacientes y este nuevo estudio, que acaba de presentar la Universidad de Granada, da la vuelta a la tortilla, analizando esta vez el impacto sobre la salud de la situación laboral.

El desempleo, la precariedad y las rentas bajas tienen impacto negativo en la salud de la población. Esta es una de las conclusiones de este estudio de la Universidad de Granada (UGR) realizado por Beatriz Fornell, doctoranda del Programa de Doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales de la Escuela Internacional de Posgrado de la UGR, y por María del Puerto López del Amo, Manuel Correa y José Jesús Martín, profesores del departamento de Economía Aplicada.

Publicada en la revista Quality of Life Research, en la investigación se analizan los cambios en el mercado laboral español durante los años más pronunciados de la crisis económica, y por lo tanto, su impacto en los trabajadores.

El artículo manifiesta que el desempleo y, sobre todo, la precariedad laboral están vinculados con un incremento de la probabilidad de sufrir una peor salud percibida, una variable “que está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedad”, según explican los investigadores. La salud percibida suele emplearse en estudios que abordan la salud en relación con desigualdades sociales.

Este dato indicaría, por lo tanto, que las condiciones en que las personas trabajan y obtienen rentas son aspectos relevantes para explicar problemas de salud.

Los investigadores señalan, además, que el gasto en servicios públicos fundamentales resultaría insuficiente para corregir este deterioro en la salud percibida. Este gasto público se corresponde con la sanidad, la educación y la protección social, competencias que están transferidas a las comunidades autónomas.

Aunque el gasto público en sanidad tiene un efecto positivo en la salud percibida, que es la variable analizada, este sería muy limitado e inferior al que presentaría la mejora de las condiciones laborales

El artículo advierte de que, aunque el gasto público tuvo un resultado positivo, este no fue suficiente para solventar el impacto previo y tuvo un efecto muy limitado en la salud percibida.

Así, el investigador José Jesús Martín explica que “los Servicios Públicos Fundamentales influyen en la protección de la salud percibida, pero muy poco, dado que llega un momento en que un mayor gasto sanitario no equivale a una mejor salud”.

Por el contrario, Martín sostiene que, si los resultados del estudio se confirman en investigaciones posteriores, la reducción de la precariedad laboral sí ocasionaría un efecto positivo más pronunciado. Sin embargo, para ello sería necesario un cambio en la legislación.

Para desarrollar este estudio, los investigadores han empleado la base de datos longitudinal de la Encuesta de Condiciones de Vida elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el periodo entre 2007 y 2011.

A modo de conclusión, el resultado de la investigación señala la relevancia de abordar políticas encaminadas a reducir la precariedad laboral, dado que así mejoraría la salud de la población.


El impacto del gasto público en sanidad tiene un efecto más limitado que la mejora de las condiciones laborales



Los autores plantean un cambio en la legislación que permita reducir la precariedad con efecto positivo en salud