Almudena Fernández

Madrid

| viernes, 28 de octubre de 2016 h |

Algunos casos de pacientes particulares se han hecho ‘virales’ en las redes sociales en distintos momentos en favor de la donación de médula, como es el caso del

malagueño Pablo Ráez, y ocasionan que un número más elevado de personas se interesen por la donación pero, ¿realmente son efectivas este tipo de campañas?

El presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, explica a GM que, en principio, es más positivo que negativo si el llamamiento está bien hecho y ha sido asesorado por su médico —“y el de Pablo está bien hecho”, añade— al atraer donantes. De hecho, en su última reunión con las comunidades autónomas, todas manifestaron que habían percibido un incremento relacionado con el caso de Pablo, mayor en Andalucía a causa de la cercanía. El problema que podría derivarse es que, en un momento determinado, se pueda sobrecargar el sistema necesario para obtener las muestras, tiparlas, procesarlas, etc., aunque Matesanz agrega que existe la posibilidad de tiparlas a posteriori.

Sin embargo, advierte de que cada año hay en España alrededor de 1.000 pacientes que entran en búsqueda de una donación de médula —más del 90 por ciento la consiguen—, por lo que “no tendría ningún sentido” emprender una campaña por cada uno de ellos ya que, además, “el mensaje dejaría de tener un efecto llamada”.

El presidente de la ONT también deja claro que el llamamiento tiene que ser general, no para una persona concreta, algo que, aparte de que está prohibido por ley, no es efectivo. De hecho, detalla que no conoce ningún caso en el que un paciente haya conseguido localizar a un donante con una campaña de este estilo. “Es una cuestión estadística, en este momento hay 28 millones de donantes en el mundo y, en el mejor de los casos, un llamamiento de este tipo puede conseguir 3.000 más”, subraya.

La organización es más partidaria de realizar “campañas de lluvia fina”, de baja intensidad pero constantes, en lugar de otras “de pico”, ya que es fundamental informar bien a las personas que se interesan por la donación, tanto para saber si cumplen los requisitos como para que sepan a lo que se comprometen. Puso como ejemplo que solo es posible entre los 18 y los 55 años —sea preferible entre los 18 y los 30 para poder estar más años como donante— o que pueden llamarlo en cualquier momento para donar a personas de todo el mundo (toda la información está recogida en la web de la ONT). “Lo ideal es que haya una afluencia continua de donantes y que sean constantes, al igual que con la donación de sangre”, explica.

Puso como ejemplo a Andalucía y País Vasco como regiones que “informan muy bien”, ya que citan a los interesados, les explican en qué consiste, a qué se comprometen y los riesgos asociados a la donación que “aunque son pequeños, siempre hay algún riesgo”.

En lo que respecta a si la cantidad de donantes es o no suficiente, Matesanz apunta que el sistema tiene que establecer todavía unos objetivos en cuanto a número, ritmo e incorporación de los mismos y, a partir de ahí, impulsar campañas.