J. Ruiz-Tagle

Madrid

| viernes, 11 de mayo de 2018 h |

La eliminación de la hepatitis C desde el punto de vista de la salud pública es el reto que tiene por delante España. Así se recogió en la actualización que se realizó de la Estrategia Nacional en verano de 2017, cuando se democratizó el tratamiento para todos los pacientes con independencia de su grado de fribrosis. El reto también está en las cárceles españolas, que siempre han ido un paso por detrás de los avances realizados para el resto de ciudadanos. De hecho, y según datos del Ministerio del Interior, hasta 2017 se había tratado al 40 por ciento de los internos que estaban en un estadío F2-F4 de la enfermedad.

El estudio ‘Análisis coste-efectividad del tratamiento de la hepatitis C crónica en población reclusa’, liderado por Andrés Marco (responsable de enfermedades infecciosas del Programa de Salud Penitenciaria del Catsalut), en colaboración por Gilead y presentado el pasado fin de semana, revela que la eliminación de la patología en las cárceles está más cerca de lo que se pueda pensar y con un coste inferior al establecido en el Sistema Nacional de Salud como eficiente. Tratar a 4.400 pacientes a lo largo de dos años acercaría este escenario a las cárceles españolas con un coste adicional de 690 euros por AVAC. “Un escenario de no tratamiento en los presos de toda España en un periodo de dos años frente a un escenario de sí tratados en dos años a la población que estimamos que sería necesaria para eliminar la hepatitis C desde el punto de vista de la salud pública. El número sería 4.400 internos”, asegura Marco

Además de avanzar el escenario ideal para la eliminación de la hepatitis C en las cárceles, el estudio también se ocupa de analizar su idoneidad farmacoeconómica y desde el punto de vista de la salud. “El primer escenario, que sería el de tratar, nos haría ganar cinco años ajustados por calidad de vida (AVAC). En España se considera que el coste por AVAC es entre 20.000 y 30.000 euros y lo que vemos en este estudio es que con un coste adicional de 690 euros tendríamos ese beneficio. La cohorte con tratamiento costaría unos 24.000 euros y la sin tratamiento costaría unos 20.000 euros; la diferencia sería 3.473 euros. Pero si eso se tiene en cuenta con los años de vida ajustados por calidad, saldría que cada paciente tendría una diferencia de coste incremental de 690 euros por AVAC ganado; es decir cada año ganado ajustado por calidad nos costaría 690 euros. Sería enormemente coste-efectivo”, explica Marco.

Junto a los fríos datos económicos, el estudio también alcanza los beneficios sanitarios que tendrían los presos tratados con los últimos antivirales frente a no hacerlo. “Desde el punto de vista sanitario se conseguiría una reducción de las muertes hepáticas por causa hepática (88 por ciento), de los casos de cirrosis descompensada (92 por ciento), hepatocarcinoma (83 por ciento) y trasplantes hepáticos (90 por ciento)”, asevera Marco.

Incidencias en las cárceles

Hasta hoy, el número de pacientes con hepatitis C en las cárceles ha sido una incógnita no desvelada por el Ministerio del Interior. Sin embargo sí se sabe que la prevalencia de la enfermedad es del 14 por ciento y el número de presos en España (salvo Cataluña y País Vasco) es de 58.000. Una regla de tres básica sitúa la incidencia en 8.120 presos.