C.M.L. Madrid | viernes, 22 de febrero de 2019 h |

A pesar de que la población reclusa es otro de los principales grupos de riesgo, a juicio de la presidenta de la AEEH, Maria Buti, el coordinador de la Aehve, Javier García-Samaniego, y el secretario de la AEEH, Juan Turnes, se está haciendo un “buen trabajo”. Al menos así lo avalan los datos de incidencia que se están reduciendo, gracias al acceso de esta población a las pruebas diagnósticas y al tratamiento.

Los últimos datos reflejan que la prevalencia de infección activa en las prisiones se sitúa en torno al 3 por ciento. En el documento, los hepatólogos insisten en que “una estrategia sostenida y universal de cribar y tratar conduce e la eliminación de VHC en un centro penitenciario”. Si bien, para avanzar por esta línea sería necesario fomentar la telemedicina. Del mismo modo, insisten en facilitar el seguimiento de los pacientes durante el tratamiento hasta la evaluación de su curación, una vez finalicen el periodo de confinamiento en prisión.

Las estrategias de cribado

A la espera de los resultados finales de la encuesta de serología del Ministerio de Sanidad, los expertos insisten en definir unos criterios comunes que den paso a la estrategia de cribado en la población general. Una estrategia que “debe ser liderada por el ministerio”.

Como aseguró Buti, los cribados poblaciones “son coste-efectivos en cualquier edad y, especialmente, entre la población de 45 y 49 años”.

Además, un trabajo basado en un modelo matemático de decisión evidenció que el cribado en población general de entre 29 y 70 años es más coste-efectivo que el de la misma población con factores de riesgo.

Los tres hepatólogos pusieron en valor la iniciativa de Cantabria, liderada por el hepatólogo Javier Crespo, que con una prevalencia estimada del 0,3 por ciento de infección activa, han iniciado un programa de cribado poblacional a personas de entre 40 y 70 años. “El ejemplo de Cantabria puede servir de base para la elaboración de un plan de cribado a población general”, apuntó Turnes.

Con todo, este documento será enviado a las administraciones sanitarias y a los responsables del Plan Estratégico de la Hepatitis C, con los que hay “una buena sintonía”. La cuestión es, según García-Samaniego que el nuevo escenario preelectoral puede dejar en punto muerto la actualización de este plan estratégico centrado en la eliminación.