Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 16 de marzo de 2018 h |

La prevención del riesgo cardiovascular (CV) sigue siendo un reto, incluso en aquellos pacientes que han sufrido algún episodio a lo largo de su vida. Un informe presentado esta semana por la asociación de pacientes Cardioalianza, con la colaboración de siete sociedades científicas con competencias en estas patologías, entre ellas la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), ha puesto sobre la mesa importantes áreas de mejora en este abordaje.

Una de ellas tiene que ver con el conocimiento que el propio paciente tiene sobre los factores de riesgo de su enfermedad. Según este documento, elaborado sobre una muestra de 364 pacientes con enfermedad vascular (EV), un 53 por ciento desconoce la influencia que el colesterol ejerce sobre estas patologías. Además, la mitad reconocer no haber buscado más información sobre esta y , cuando lo hace, la principal fuente de información son los profesionales sanitarios (en el 30 por ciento de los casos).

Desde atención primaria, el mensaje es claro. Juan Carlos Obaya, del grupo de enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), que participó en la presentación, insiste en que se recomienda el abordaje de la promoción y educación para la salud cardiovascular a través de dos mecanismos, como el fomento del autocuidado y la creación de ambientes cardiosaludables. También recuerda que en prevención del riesgo cardiovascular los mayores beneficios se consiguen de forma incremental, combinando de forma adecuada estrategias individuales y poblacionales o comunitarias.

No obstante, admite que “el desconocimiento de los factores de riesgo y el aumento en la prevalencia del tabaquismo en pacientes con eventos cardiovascular son una muestra del fracaso de las medidas preventivas”. Obaya reconoce que “hay un gran trabajo por delante también para difundir hábitos y estilo de vida saludable”.

En la misma línea, el portavoz destaca el papel de los médicos de atención primaria en la adherencia terapéutica. Ante el colesterol, por ejemplo, “si no se sabe que es un factor de riesgo hay una adherencia menor a los antidislipémicos”, subraya.

Por su parte, María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades CV de la Sociedad Española de Neurología, insistió en que en ECV reducir los niveles de colesterol contribuye a reducir el riesgo de nuevos episodios. “Aunque las cifras estén bien, es preciso mantener el tratamiento”, recalcó. En el mismo sentido, Carlos Guijarro, del Comité Técnico de Prevención Secundaria de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, subrayó que el desconocimiento y los mensajes erróneos sobre la ECV y sus factores de riesgo son obstáculos que resolver.