GM Madrid | lunes, 27 de agosto de 2018 h |

En Galicia, el último caso de sarampión se registró en 2013. A su vez, fue el único que tuvo lugar ese año y, además, fue importado. Una situación de aparente tranquilidad. Sin embargo, los expertos recuerdan la importancia de la vacunación y advierten: “No podemos bajar la guardia”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este lunes un informe sobre esta enfermedad que levantó la alarma: durante el primer semestre de este año unos 41.000 niños y adultos han contraído el sarampión en la región europea.

El año en el que se dieron más casos fue 2017, con 23.927 afectados. El año con menor número de casos, fue el 2016, con 5.273. Este año ya ha sobrepasado la cifra récord de contagiados por sarampión desde 2010. Y sólo contabilizando los primeros seis meses

La clave está en las vacunas

Estas cifras, sin embargo, no afectan todavía a Galicia, donde no se registra ningún caso desde 2013, según asegura la Consellería de Sanidade. Sin embargo, a pesar de esta situación, expertos como el pediatra del Hospital Clínico de Santiago, Lorenzo Redondo instan a “no bajar la guardia”, concienciando para ello de la importancia de las vacunas.

“El sarampión es un problema que en España no vemos”, afirma el pediatra, recordando que en el país, y por tanto en Galicia, se consideran “eliminadas” dolencias como el sarampión o la rubéola, según la última evaluación de la Comisión Europea de Verificación de la Comisión para la Eliminación del Sarampión y la Rubéola (RVC).

El departamento del Gobierno gallego encargado de la gestión sanitaria atribuye el inexistente número de infectados desde 2013 en la comunidad a la cobertura de vacunación.

“Las vacunas son una de las intervenciones de salud pública de mayor impacto en la humanidad”, según ha subrayado Ángel Hernández, vocal del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP). “Hoy se estima que los programas de vacunación evitan entre 2 y 3 millones de muertes prematuras por enfermedades vacunables cada año”, según ha incidido.

En el mismo sentido, Lorenzo Redondo ha recalcado que “la estrategia fundamental para luchar contra el sarampión es la vacunación de la población”. Redondo recuerda que el nivel de vacunación tiene que ser “muy alto”: “Al menos más del 95 por ciento de la población” tiene que estar vacunada “para que sea eficaz la protección”.

Por el contrario, si se bajan los niveles de protección, hay “más facilidad de transmisión” del sarampión, ya que se trata de una enfermedad vírica “muy contagiosa” y que actualmente se puede prevenir gracias a la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis).

En España, el calendario vacunal establece que la primera vacuna debe de recibirse “alrededor de los 12 meses” y la segunda “alrededor de los tres y cuatro años”, según ha explicado Redondo, algo que cumple la práctica totalidad de la población.

Menor cobertura en Europa

A nivel europeo, siete países han sufrido al menos 1.000 infecciones en niños y adultos este año: Francia, Georgia, Italia, Rusia, Serbia y Ucrania. Este último ha sido el más afectado, con más de 23.000 personas infectadas, lo que representa más de la mitad del total regional.

Lorenzo Redondo puntualiza que el problema en estos países es que “ha bajado la tasa de vacunación del sarampión”. A nivel de salud pública, la estrategia a seguir a medio plazo es “insistir en la vacunación”, tanto en niños como en adultos que no la hayan recibido.

Ángel Hernández, por su parte, ha explicado que las causas de por qué han bajado las coberturas vacunales en estos países son “varias”. Por un lado, en algunos países se debe a “circunstancias sociales”. Por ejemplo, en el caso de Ucrania, hay “conflictos abiertos que dificultan el acceso de la población a servicios básicos” y, en otros, se debe a la “exclusión social de determinados colectivos”, como en Grecia y Rumanía.

Por otro lado, en casos como Francia e Italia, donde no hay problemas de acceso a las vacunas, las causas son “el desconocimiento, la desidia o la desconfianza de parte de la población hacia las vacunas”.

España es un referente en vacunación

España es un país referente para Europa, por la elevada cobertura y confianza”, según ha indicado Ángel Hernández.

Así lo certifica la OMS, que el pasado septiembre acreditó que en España el sarampión ha sido “eliminado”. Esto quiere decir que el virus no se transmite de forma continuada durante al menos tres años, según ha explicado el vocal del comité de AEP.

Además, en Galicia, según ha señalado Lorenzo Redondo, se supera el 95 por ciento de la población vacunada. Según datos del sobre coberturas vacunales, en 2016 un 97,9 por ciento de niños gallegos entre uno y dos años habían recibido la primera dosis de la vacuna triple vírica, mientras que un 91,8 por ciento de los niños entre tres y seis años tenían la segunda.

A pesar de esta situación, los facultativos recuerdan que el haber “eliminado” la enfermedad no quiere decir que no pueda volver a surgir y ha recordado el brote que se produjo en el norte de Portugal, un país donde la OMS había acreditado la “eliminación” del sarampión, pero donde en un mes se llegó a rebasar el centenar de infectados.

Un problema con solución

De los 4.000 infectados en la región europea, 37 personas han muerto debido al sarampión en estos primeros seis meses del año, lo que supone una “alerta en el ámbito de salud pública”, según ha indicado Lorenzo Redondo, ya que es una enfermedad que se puede prevenir.

Así, ha recalcado que aunque esta sea “una mortalidad baja”, “no es justificable una mortalidad prevenible”. “No debería de morir nadie por el sarampión y está en nuestras manos, con una estrategia de vacunación adecuada”, ha subrayado, ya que es “una vacuna absolutamente eficaz y segura”.

Además, Ángel Hernández también ha subrayado la eficacia y seguridad de la vacuna y ha declarado que “con mucho, los beneficios de la vacunación superan los riesgos reales, pero extraordinariamente raros, de la vacuna. Por contra, los riesgos de la enfermedad natural son muy importantes”.

De este modo, en un sistema de vacunaciones voluntarias, como sucede en el Estado español, es importante, “la concienciación de la población de la importancia de la vacunación” y, también, “la red de pediatras y de enfermeras de Atención Primaria, que insiste día a día en la importancia de esta vacunación”, asevera Redondo.

Así, si la mayor parte de la población están vacunados, se produce la llamada “protección de grupo”, ya que las personas que no puedan vacunarse por causas médicas, como tratamiento de quimioterapia y trasplante, y las que no lo hayan hecho por otras razones, estarán protegidas, según ha explicado el doctor gallego.

Aunque para este caso, recuerda, el grupo no vacunado tiene que ser pequeño (no más del cinco por ciento de la población), “porque si este número comienza a crecer, se pone en peligro a la población desde el punto de vista de salud pública”, es decir, desde una visión global de las personas y su salud.

“Las vacunaciones, en su conjunto, son un bien social del que no podemos permitirnos el lujo de prescindir”, ha concluido Ángel Hernández.