Almudena Fernández Madrid | viernes, 04 de noviembre de 2016 h |

Francisco Javier Ávila, vocal de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria, explicó a GM que, aunque los avances puedan ayudar, nunca sustituirán a la relación cara a cara entre el sanitario y el paciente.

Pregunta. ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en la labor del médico?

Respuesta. La tecnología y la salud han ido de la mano a lo largo del siglo pasado. Numerosos avances tecnológicos han hecho posible nuevos métodos diagnósticos y formas de tratamiento que serían impensables sin los avances tecnológicos. Gracias a internet y a toda la tecnología relacionada se ha revolucionado la forma de acceso a la información que se ha democratizado y han cambiado ciertos conceptos. Hace unas décadas quien tenía información tenía el poder, ahora quien sabe difundirla de forma más eficaz tiene más poder.

Como herramienta cotidiana y en aplicación directa a la actividad asistencial, hoy en día no concibo pasar una consulta sin un ordenador y sin un teléfono móvil con aplicaciones útiles para el médico que nos ayudan en la toma de decisiones.

P. ¿Cómo ha cambiado la labor del médico estos últimos años?

R. Creo que las herramientas no cambian las funciones. La función del médico, y en general de todos los profesionales sanitarios, es curar cuando podemos hacerlo, y cuidar y acompañar siempre.

P. ¿Facilitan la relación médico-paciente?

R. Las relaciones humanas están por encima de los elementos tecnológicos. Las herramientas ayudan, pero nunca condicionan. Una buena o mala relación sanitario-paciente se va a establecer independientemente de los canales de comunicación, pero cuantos más canales de comunicación existan será mucho más fácil la comunicación.

Hoy en día hay prestadores de asistencia sanitaria que están utilizando la videoconferencia, el correo electrónico, los sistemas de mensajería digitales o las redes sociales para establecer nuevas vías de comunicación y esto siempre es favorecedor. Creo que los sanitarios debemos estar en todos los canales en los que se encuentren los ciudadanos.

P. ¿Cómo pueden mejorar la adherencia al tratamiento?

R. Pregunta muy compleja ya que la adherencia depende de numerosos factores y muchos de ellos dependen del propio paciente. Las herramientas tecnológicas en este sentido pueden ayudar, pero no creo que sean determinantes para que mejore la cumplimentación, aunque sistemas de recuerdo de toma de medicación tienen un papel muy interesante en este campo.

P. ¿Se obtienen mejores resultados cuando se utilizan las nuevas tecnologías en el control de la adherencia?

R. Va a depender en gran parte de la conciencia de enfermedad por parte del paciente, del grado de asunción de responsabilidad del mismo, de la comodidad del tratamiento y de la comunicación que haya establecido con su profesional sanitario de referencia.

No conozco estudios serios, bien diseñados y a largo plazo que hayan demostrado que exista una mejoría en este sentido en un plazo de tiempo razonable ya que la adherencia es más importantes en procesos crónicos que en agudos a excepción del uso de antibioterapia.

P. ¿Cree que podría llegar a sustituir a la relación cara a cara?

R. Las relaciones humanas nunca se pueden sustituir por herramientas. La relación sanitario-paciente es una relación humana y la tecnología es una herramienta. Siempre serán facilitadores, pero nunca podrán sustituir una mirada en el mundo real o un contacto físico en el acompañamiento.

P. ¿Tienen los médicos formación suficiente sobre nuevas tecnologías o cree que hay una brecha generacional?

R. No hay formación suficiente en la mayoría de los profesionales sanitarios y no creo que dependa de la diferencia de edad. Las nuevas generaciones están más acostumbradas a ciertas herramientas (sobre todo a las redes sociales) pero las utilizan más en un ámbito lúdico o familiar que profesional. Los jóvenes están más acostumbrados al manejo de las mismas pero falta mucha formación de cómo han de utilizarse.

P. ¿Reciben desde la Administración alguna formación de este tipo?

R. No parece que esté interesada en este tipo de formación. Hay un amplio calendario de formación pero no parece que estos temas se encuentren dentro de las líneas estratégicas ni en la formación, ni en la investigación.

Sí es cierto que se están ofreciendo al ciudadano herramientas tecnológicas de acceso al sistema como el acceso a datos de su historia clínica a través de internet o la gestión de citas a través de herramientas digitales.

P. Y en el caso de los pacientes, ¿tienen que ver su edad y su formación en el mejor aprovechamiento de estas herramientas?

R. Los pacientes más jóvenes tienen más habilidades y, por lo tanto, es más sencillo recomendarles que se descarguen una aplicación o darles una dirección web para que amplíen conocimientos sobre un tema concreto relacionado con su situación de salud. Sin embargo, sorprende el número de mayores se manejan con algunas herramientas que les pueden ser de utilidad.

P. ¿Tiene también desventajas la implementación de las nuevas tecnologías?

R. Una vez que los profesionales estamos formados en ellas son muy eficientes y, por lo tanto, nos ahorran tiempo y facilitan ciertas tareas. Invertir tiempo en el aprendizaje de este tipo de herramientas es muy eficiente a corto plazo.

P. ¿Cómo augura el futuro?

R. Respecto a la tecnología, me imagino un futuro basado en la combinación de big data e inteligencia artificial. Esta combinación va a suponer una nueva revolución en muchas de las actividades cotidianas y, entre ellas, la sanidad, tanto en el aporte de servicios como en actividades preventivas y comunitarias.