#Cabeza y cuello

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E.M.C. Madrid | viernes, 02 de noviembre de 2018 h |

El encuentro europeo ha arrojado nuevas luces sobre el papel de la inmunoterapia en localizaciones como cabeza y cuello. En este escenario fueron presentados los últimos resultados sobre el estudio Keynote-048, con pembrolizumab como principal protagonista.

Este estudio en fase 3 examinó si el anticuerpo monoclonal anti-PD-1 puede prolongar la supervivencia y retrasar el desarrollo del cáncer de cabeza y cuello recurrente o metastásico en comparación con el tratamiento de referencia, quimioterapia a base de platino (5-fluoroulacilo con cisplatino o carboplatino) más el inhibidor de EGFR cetuximab.

Alrededor del 35 por ciento de los pacientes tratados con la combinación habitual responden al tratamiento, con una mediana de supervivencia que ronda los diez meses.

En el estudio se reclutaron pacientes con cáncer de cullo y cabeza que no habían recibido previamente quimioterapia o terapia biológica para la enfermedad recurrente o metastásica. Se crearon tres grupos: combinación de referencia, pembrolizumab en monoterapia, y combinación de pembrolizumab y quimioterapia a base de platino.

Durante el congreso, se ofrecieron resultados de pembrolizumab en monoterapia en comparación con el tratamiento de referencia en pacientes que expresan PD-L!, un marcador de la actividad inmunitaria, así como con la nueva comparación. En la primera de ellas, y en pacientes que expresas en su tumor PD-L1, la supervivencia fue más larga con pembrolizumab (14,9 meses), que con el de referencia (10,7 meses). La duración de la respuesta también fue mayor, 20,9 meses, frente a 4,5 meses. En este sentido, Barbara Burtness, autora del estudio e investigadora del Yale Cancer Center de New Haven (EEUU), remarcó que los pacientes con expresión de PD-L1 viven más tiempo si reciben tratamiento inicial con este inmunoterápico.

Los expertos aseguran que es el primer estudio que demuestra una supervivencia global superior con respecto al tratamiento de referencia en la última década, y establece PD-L1 como un marcador válido en cáncer de cabeza y cuello que ha de medirse de forma rutinaria.

Otro de los estudios presentados en el encuentro de este año ha devuelto a un primer plano la combinación de quimio y radioterapia frente a cetuximab con radioterapia en cáncer de garganta con virus de papiloma humano.

Un estudio comparó los efectos secundarios y supervivencia con ambos tratamientos en 334 pacientes reclutados en 32 centros de tres países europeos. HIsham Mehanna, autor del estudio y director de cirugía de Cabeza y Cuello en el Instituto del Cáncer de la Universidad de Birmingham , destacó la sorpresa de los investigadores con los resultados. “Cetuximab no estaba asociado a menos toxicidad y tuvo una supervivencia global peor y más recurrencia del cáncer que cisplatino”, cuando se pensaba que estaría asociado a las mismas tasas, pero menor toxicidad, concluyó el experto.


Barbara Burtness:
“Los pacientes con PD-L1 viven más con terapia desde el inicio con pembrolizumab”