María Clara Montoya Madrid | viernes, 12 de mayo de 2017 h |

La primavera es el periodo de trabajo más arduo para los alergólogos, pero Silvia Sánchez ha podido sacar algo de tiempo para hablar de su profesión y su hobby, el teatro, que no solo le ha servido para actuar “siempre como amateur”, insiste, sino para perder el pánico escénico en el ámbito profesional.

Pregunta. ¿Esta es tu época más dura de trabajo, no?

R. Trabajo con niños y por ser primavera, es cierto que suelen estar más enfermos y necesitan mayor atención. Además hay muchos congresos, y ponencias ya que participo en el comité de comunicación de la Sociedad Española de Alergia y también en la Academia Europea.

P. Y en la sanidad, ¿a qué le tienes alergia?

R. Le tengo alergia a la falta de apoyo a la investigación. En España hay unos especialistas y profesionales de la sanidad excelentes a todos los niveles y somos vocacionales. Vivimos por y para el paciente y por eso, me da mucha alergia , ya que la calidad depende de los profesionales que damos todo. Hay gente excelente y no se apoya la investigación como es debido sobre todo porque al final nos toca hacerla como un hobby, en nuestro tiempo libre.

P. ¿Dan alergia las listas de espera?

R. Por supuesto. Y más en un hospital infantil. En nuestro centro, intentamos que no sean muy grandes, pero no tiene sentido que una persona tenga que esperar meses para ver a un especialista.

P. Además de alergóloga, tienes una faceta como actriz amateur.

R. No sabía si contarte que me gusta pasear por El Retiro o decir la verdad porque esto lo sabe muy poca gente, pero bueno, ¡me lanzo!

P. ¿Y cómo empezó esta afición?

R. Por esta cuestión de asistir a congresos y hablar en público. Tenía mucho miedo a hacerlo, un pánico escénico brutal y llegó un momento en el que dije: o voy a terapia o hago teatro. Y así empezó todo.

P. ¿A qué escenario le temes más, al de la consulta o al del teatro?

R. Me apasionan ambos pero he llegado a la conclusión de que en la vida hay mucho teatro y de que el mundo es un enorme escenario. El teatro me parece una actividad imprescindible para cualquiera; te da mucha facilidad para hablar con gente, saber entender a la otra persona y saber cómo le tienes que hablar. Mi profesión me ayuda con mi hobby y viceversa.

P. Trayendo el nombre de ‘El enfermo imaginario de Moliére, ¿existen los enfermos imaginarios en consulta?

R. ¡Totalmente! (risas). En alergia se ve todos los días, eso sí, hasta los médicos somos un poco enfermos imaginarios.

P. ¿Cuántas tablas hay que tener para dedicarse a la medicina?

R. Considero que la medicina es un arte que utiliza una ciencia y aunque estamos en un momento muy matemático, realmente hay que individualizar mucho al paciente: adaptarte a hablarle y entenderlo. Tienes que tener un poco de arte y demostrar mucha seguridad en ti misma. No puedes ir al médico y que te titubee.

P. Se abre el telón y se ve el panorama sanitario español, ¿cómo se llama la obra?

R. Creo que ‘Cambio e incertidumbre’. Parece que vamos hacia algo diferente en lo económico pero por otro lado estamos un poco despistados de hacia dónde vamos a ir, cómo vamos a ejercer y cómo vamos a recibir la medicina.

PÍLDORAS

¿La vida sería un drama sin…? Sin salud.

¿Una obra de teatro en la que actuar? Hice una uruguaya muy divertida que se llama ‘Debajo de las polleras’.

¿Una obra que te haya sorprendido? “El secuestro”, una comedia de Gabriel Olivares.

¿Una sala que recomiendes? Una muy pequeñita y acogedora, La Madrilera, abierta a todo tipo de público.

¿Y una novela negra? Cualquiera de John Grisham.