Más del 80% de la población mundial tiene niveles de 25-OH vitamina D insuficientes (≤30 ng/ml). De ellos, el 37 % tiene concentraciones menores de 20 ng/ml, por lo que sufre deficiencia leve, y el 7% tiene deficiencia grave (≤10-12 ng/ml). Y en España, las cifras son prácticamente idénticas.

La insuficiencia de esta vitamina provoca que las glándulas paratiroideas y su hormona paratiroidea liberen el calcio acumulado en el esqueleto provocando que pierda su resistencia, hasta llegar a fracturarse y dar lugar a la osteoporosis.

Sin embargo, en los últimos años, cada vez son más las investigaciones que sugieren que la deficiencia de hormona D no se relaciona solo con el raquitismo-osteomalacia y enfermedades metabólicas óseas, sino también con un mayor riesgo de disfunción en múltiples funciones fisiológicas vitales. Entre ellas el músculo, el sistema cardiovascular, el sistema inmune, el control del crecimiento, y la diferenciación celular a lo largo de la vida, entre otros numerosos procesos biológicos adicionales.

Contrariamente a lo que se podría pensar, los deportistas, o aquellas personas que practican deporte con frecuencia, también son un colectivo, a nivel general, con unos niveles séricos inadecuados de 25-OH vitamina D. Sin importar si son deportistas de élite, sub-élite o amateurs, del deporte o ejercicio que practiquen o de la localización geográfica en la que se encuentren en nuestro país.

Como comenta Antonio Escribano, especialista en Endocrinología y Nutrición y en Medicina de la Educación Física y el Deporte: “la implicación de la hormona D en la función muscular y la importancia que tiene en la actividad deportiva hacen que en el rendimiento deportivo esta hormona tenga un papel muy destacado. A eso hay añadir la relación con el metabolismo mineral y con la salud ósea. Su implicación en el rendimiento deportivo es esencial y su déficit está implicado en episodios de disminución del rendimiento a todos los niveles”.

En España, como sucede en el resto del mundo, los niveles de 25-OH vitamina D entre la población deportista (o que realiza ejercicio de forma habitual) son similares a los descritos entre la población más sedentaria. Numerosos factores como los genéticos, los dietéticos, las horas de exposición a luz solar con protección, la ropa empleada, el estilo de vida, etc., contribuyen a esta situación.

La implicación de la vitamina D en el rendimiento deportivo es esencial y su déficit está implicado en episodios de disminución del rendimiento a todos los niveles.

El experto señala que “paradójicamente, debido al desgaste que se genera durante el ejercicio físico, para deportistas de élite se recomienda mantener niveles séricos de 25-OH vitamina D ligeramente superiores a los de la población general”.

Vitamina D para optimizar el rendimiento deportivo

La hormona D parece esencial en el entrenamiento de resistencia, con el potencial papel de mantener el proceso de regeneración, y también de prevenir el daño del músculo esquelético. Aun así, el número de deportistas de élite que presenta déficit de vitamina D es muy elevado.

“He llegado a ver plantillas de equipos con un 70 % o más de resultados deficitarios entre los deportistas. En realidad, es un problema emergente que cada vez es más patente”, explica Escribano.

Algunas de las funciones identificadas del sistema endocrino de la vitamina D (SEVD), pueden ser transcendentes para optimizar el rendimiento deportivo. Por ello, el adecuar el estatus de vitamina D suscita mucho interés en los profesionales de la nutrición deportiva.

Escribano aconseja el tratamiento con calcifediol a deportistas con déficit de 25-OH vitamina D/ Getty

La optimización de la función muscular, aunque también la remodelación y el mantenimiento de la salud ósea y minimización del riesgo de infección, son algunos de los aspectos que pueden beneficiar a los deportistas cuando mantienen niveles adecuados de 25-OH vitamina D.

No obstante, la hormona D no es una ayuda ergogénica, sino un requisito biológico, y como tal, el empleo de suplementación exógena en cualquier población debería establecerse en función de su estatus inicial.

“Es conveniente la evaluación del estatus de 25-OH vitamina D en deportistas de cualquier disciplina y lugar de participación (interior o exterior). Su evaluación debería entrar en la rutina de exploración en Medicina Deportiva”, determina el experto.

La recomendación de intervención mediante tratamiento debería ser pautada para aquellos deportistas que muestren un nivel insuficiente o deficitario, es decir con nivel de 25-OH vitamina D menores de 20/30 ng/ml.

A la hora de centrarse en su tratamiento, el especialista concluye que “se ha demostrado que calcifediol es bastante más potente que colecalciferol, entre otras cosas, porque su tasa de absorción intestinal es mayor. Esto hace muy indicada la administración de calcifediol en los cada vez más extendidos déficits de 25-OH vitamina D en los deportistas.


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