c. ossorio Barcelona | viernes, 22 de noviembre de 2013 h |

Los nuevos resultados que se han presentado en la 65º Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN) sobre fingolimod (Gilenya, de Novartis), la primera terapia oral para tratar formas recurrentes de esclerosis múltiple (EM) que llegó al mercado hace dos años, son positivos en dos sentidos. Por un lado, tras una experiencia acumulada de hasta 7 años de seguimiento, se ha demostrado que esta terapia tiene una eficacia prolongada reduciendo la tasa de brotes, la progresión de la discapacidad, la atrofia cerebral y inflamación en resonancia magnética, y por otro, está optimizando resultados en la práctica clínica.

Tanto es así que, como comentó Rafael Arroyo, jefe de la Unidad de EM del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Quirón, la reducción de la tasa de brotes, que era de un 50-55 por ciento en el extenso programa de estudio con fingolimod, ha pasado a ser de un 75 por ciento en la serie más larga de pacientes en práctica clínica tratados al menos durante un año con esta terapia oral, coordinada desde los hospitales La Fe de Valencia, Virgen Macarena de Sevilla y Clínico San Carlos de Madrid, con la participación de 244 pacientes. Un 87 por ciento de los casos están libres de progresión de la discapacidad, comparado con el 35-40 por ciento de reducción que se observaba en los ensayos. Otro punto destacable es que los pacientes naïve, que suponen un 22 por ciento de esta serie, son los que más se benefician del tratamiento, alcanzando una disminución de la tasa de brotes superior al 80 por ciento.

Alfredo Rodríguez Antigüedad, jefe de Neurología del Hospital de Basurto, matizó que “hay que iniciar la terapia cuanto antes”, para reducir la atrofia cerebral (con fingolimod se disminuye un 30 por ciento) y mejorar así el pronóstico.

En este sentido, José Meca, director de la Unidad de EM del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, subrayó que, en los pacientes que hace siete años comenzaron los estudios en la rama de placebo, para después pasar a fingolimod, siguen presentando aún hoy peores resultados en todos los parámetros principales, frente a los que recibieron fingolimod desde el inicio. Entre ellos, destacó la pérdida de volumen cerebral, muy relevante ahora que se conoce su papel en el pronóstico.