El ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos siempre es un proceso angustioso, tanto para los pacientes como para sus familiares, envueltos todos ellos en la incertidumbre y la ansiedad. El Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús es el mejor ejemplo de humanización de la UCI pediátrica. “Esta cualidad nos permite un abordaje integral del niño y su familia”, señaló Monserrat Nieto, jefa del Servicio de referencia en España.

La Unidad que lidera Nieto vuelve a ser reconocida en los Premios Best in Class (BiC) como mejor Servicio de Medicina Intensiva/UCI, un premio que hace extensivo a los 77 profesionales que forman parte de este equipo multidisciplinar, entre médicos pediatras especialistas en cuidados intensivos, enfermeras, técnicos auxiliares de enfermería, celadores, administrativos y personas de limpieza: “El premio es de todos”, agradeció Nieto. De ellos, destaca su “capacidad de entrega y de esfuerzo en el día a día para tener la mejor asistencia”.

Isabel Domínguez Cobo, supervisora de enfermería de la unidad, recogió el premio en la gala de los Premios BiC 2023 de manos de Álvaro Castellanos, presidente saliente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), y Ramón Villamarín, director general de Shionogi.

Monserrat Nieto.

Es la tercera vez en cuatro años que recibe el galardón que entrega CAGETA MÉDICA, “un estímulo mayor para seguir mejorando la calidad y la atención del niño crítico”, comentó la responsable del Servicio. Aunque el verdadero premio, en palabras de Nieto, “es el trabajo diario, la satisfacción de saber que damos lo mejor de nosotros mismos y que se ve reflejado en la atención de nuestros pacientes”.

Unidad a la vanguardia

El Servicio de Medicina Intensiva del Niño Jesús, una UCI pediátrica con 14 camas, tiene una enorme capacidad asistencial. “Hacemos entre 800 y 900 ingresos anuales y tenemos una unidad de sedaciones y de analgesia que hace 2.000 procedimientos al año”, afirmó Nieto. Además, según comentó, la “ilusión docente” de sus profesionales “se traduce en una mejora de la calidad asistencial y en la capacidad de participar en proyectos de investigación y en ensayos clínicos para estar siempre en la vanguardia”.

Entre sus proyectos de investigación, el Servicio estudia cómo influye la inmunidad en las enfermedades del niño crítico, en el aprendizaje con la simulación; así como de tecnologías que permitan una comunicación fluida con otros centros para ofrecer una mejor atención al paciente pediátrico. Además, sigue priorizando el abordaje de las consultas post-UCI, a través de un seguimiento que realiza un equipo multidisciplinar de profesionales pediatras, enfermeros o psicólogos. “La UCI no se acaba cuando sales de la Unidad de Cuidados Intensivos, sino que continuamos más allá”, reiteró.

Foto de familia del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.

En cuanto a los retos, el principal es el tratamiento del paciente crónico complejo, que requiere mayores cuidados y mayor atención. “Además, tenemos que seguir humanizando e intentar implantar modelos que sean eficientes y de gestión por procesos”, concluyó Monserrat Nieto.

Mención de Honor: Complexo de Santiago

El Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, por su parte, recibió una meritoria mención de honor en la categoría de Medicina Intensiva/UCI. Pablo Otero Castro, coordinador de la Unidad Anestesiología y Reanimación, destacó en conversaciones con GACETA MÉDICA el compromiso de todo el equipo en la atención del paciente. “Es un trabajo en el que tienes que estar muy pendiente del enfermo, tienes que apoyar mucho a las familias porque están viviendo momentos muy dramáticos en sus vidas y tienes que estar muy implicado para atenderlos”, resumió.

En su “carrera continua hacia la excelencia”, el Servicio está en proceso de certificación para la ISO 9001, que irá con la denominación de UCI Quirúrgica. Además, ha puesto en marcha una línea de investigación que, en palabras de Otero, “está dando buenos resultados, pero queremos potenciarla todavía más”. En concreto, se trata de cuatro trabajos de investigación, uno de ellos multicéntrico, en los que tiene depositadas muchas esperanzas. “Necesitan mucha dedicación personal, pero es uno de nuestros retos futuros”, concluyó.

Foto de familia de la UCI Quirúrgica del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago.

Durante la gala, Julián Álvarez Escudero, jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación, recogió el premio junto a la gerente del Área Sanitaria de Santiago, Eloína Núñez Masid, y el propio Otero.

Por otra parte, desde Shionogi, patrocinador de este premio, apoyan esta iniciativa que reconoce la excelencia en la atención sanitaria a los pacientes en el servicio de cuidados intensivos. “La UCI desempeña un papel clave al brindar cuidados a pacientes con enfermedades graves donde el margen de maniobra puede ser muy limitado. Uno de los valores de Shionogi es ‘el paciente, lo primero’ ya que situamos a los pacientes en el centro de todo lo que hacemos, e investigamos en tratamientos para satisfacer necesidades no cubiertas que desempeñen un papel crucial en la salud de la población. Con nuestro conocimiento científico, compromiso y pasión priorizamos siempre las necesidades del paciente”.


Revive la gala de los Premios BiC 2023