F. r. Madrid | viernes, 09 de marzo de 2012 h |

La salud de las compañías farmacéuticas parece haberse resentido en 2011, año en el que los órganos vitales de muchas de ellas dejaron de funcionar como de costumbre. Así, tras ejercicios difíciles en los que se mantuvieron firmes en el cumplimiento de los objetivos del Plan Profarma, las empresas auditadas han comenzado a mostrar síntomas de agotamiento, golpeadas por recortes e impagos, y en 2011 se quedaron lejos de las metas establecidas.

A este respecto, cabe destacar la caída de las inversiones en I+D, que ascendieron hasta 38,3 millones de euros, frente a los 65 millones que se suponía que iban a alcanzar, con lo que se produjo una reducción del 41 por ciento en este apartado. Asimismo, el montante destinado con vistas a obtener un retorno en el ámbito de la producción se quedó en los 208,7 millones de euros, lejos de los 250 millones que se habían marcado de objetivo. Una diferencia que, en este caso, fue de 41,2 millones, un 16,5 por ciento.

Estas cifras chocan con las registradas en años anteriores, en los que, pese a que ya se intuían las dificultades, las compañías no cerraban el grifo. En 2009, por ejemplo, se superó el objetivo de inversión en I+D (situado en 52 millones) en 16,2 millones. En 2010, en cambio, ya empezaron a hacer mella las medidas del Gobierno, dado que esta se mantuvo más o menos estable, 68 millones, pese a que la meta que se había establecido para ese año era de 59 millones.

Desinversión en producción

Un movimiento similar fue el que experimentaron las farmacéuticas evaluadas en el ámbito de la producción, al que en 2009 se destinaron 308,9 millones, frente a un objetivo de 210, mientras la inversión cayó a hasta 303 millones en 2010, pese a que se había estimado un incremento de unos 20 millones, hasta los 230.

A este respecto, cabe destacar que el desplome de las inversiones ha tenido su reflejo en los datos de empleo. Así, las compañías tenían a su disposición a un total de 4.409 trabajadores en I+D en 2011, con un saldo negativo de 791 con respecto a los 5.200 previstos para ese año. Esta debilidad ya había salido a relucir en 2010, cuando se registraron 224 empleos menos de los que se habían estimado (4.776 frente a 5.000). Y eso pese a que en 2009 se superó en 95 unidades la meta de los 4.700 empleados en investigación y desarrollo de nuevos productos.

En el apartado de empleo en producción las cifras no han sido mejores. Aquí se ha producido un desfase negativo de 2.637 entre el objetivo (14.600) y el resultado (11.963), dato con el que se rompe además la tendencia alcista experimentada en 2009 y 2010.

Destrucción de empleo

De esta forma, si se contabilizan los puestos de trabajo perdidos en I+D y producción, según se indica en los datos presentados por el Ministerio de Industria, se aprecia una destrucción de más de 3.000 empleos en 2011, de los cuales 2.637 pertenecían al área de fabricación.

Y si mala es la conclusión que se desprende de los indicadores ya analizados, tampoco suponen ninguna buena noticia las cifras referidas a las exportaciones y las importaciones, las que configuran la balanza comercial de las compañías que han tomado parte en el Plan Profarma. En este caso, las metas suelen ser más modestas, dado que se parte de una desventaja significativa con el exterior. Así, el objetivo para 2011 pasaba por un saldo negativo que no debía superar los 2.600 millones de euros. A pesar de ello, se rebasó esta cifra en 120 millones, hasta situarse en los 2.720.

Pese a que no es un ámbito dado a las buenas noticias, las previsiones relativas a la balanza comercial se superaron holgadamente en 2010, ya que las importaciones solamente superaron a las exportaciones en 2.633 millones de euros, cuando se había estimado que esta cifra podría alcanzar un saldo negativo de 2.900 millones. En 2009, en cambio, tampoco se había superado la meta fijada, la cual fue rebasada en 41 millones de euros.