#MAMA

br

CARMEN M. LÓPEZ Env. esp. a Chicago | viernes, 07 de junio de 2019 h |

Una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Del total de estas pacientes, se estima que entre el 7 y el 8 por ciento presentarán metástasis.

Durante la última edición del Congreso Americano de Oncología, se presentaron nuevos datos del estudio Monaleesa-7. Como explica a GM el oncólogo del Hospital Moises Broggi e ICO Duran i Reynals, Rafael Villanueva, el estudio está enfocado en pacientes premenopaúsicas. Estas pacientes representan el 20 por ciento. Una población muy importante, a su juicio, porque a día de hoy la mayor parte de mujeres premenopáusicas trabajan, tienen hijos de diferentes edades, lo que a nivel social o familiar el cáncer les supone un hándicap.

En este sentido, este estudio ha dado un paso al frente con este tipo de pacientes, con una opción de tratamiento para mujeres pre y perimenopáusicas con cáncer de mama avanzado al incorporar el inhibidor de ciclinas CDK4/6 ribociclib (comercializado por Novartis como Kysqali) a la terapia endocrina y mejorar así la supervivencia global (SG).

Como recuerda Villanueva, antiguamente estas pacientes eran tratadas con quimioterapia (QT), pero en los últimos cinco años se ha visto que el tratamiento hormonal —el tratamiento que ataca al receptor de estrógeno— es igual de eficaz o más que la QT, con la ventaja que tiene menos efectos secundarios. “El estudio evalúa añadir a la hormonoterapia un nuevo grupo de fármacos que actúa en el ciclo celular”, explica.

Ribociclib, tras 42 meses de seguimiento, situó la tasa de supervivencia en el 70 por ciento para las mujeres que la tomaron en combinación, en comparación con el 46 por ciento para las mujeres que recibieron terapia endocrina solamente. “Los datos, hasta ahora, señalaban que este fármaco en pacientes postmenopáusicas aumentaba la eficacia del tratamiento. Sin embargo, hasta ahora ningún estudio había demostrado que al añadirlo aumentaba la supervivencia de estas pacientes”, señala Villanueva.

El oncólogo recuerda que lo interesante es que en 2018 ya se demostró un aumento significativo de supervivencia libre de progresión (SLP), y esa diferencia acaba impactando en la supervivencia global. “Es el primer fármaco en cáncer de mama luminal que impacta directamente en SG”.

Villanueva continúa explicando que es un fármaco muy bien tolerado. Además, el hecho de que las pacientes tuvieran más tiempo con la enfermedad controlada supone un impacto en la calidad de vida.


Ribociclib aumenta la supervivencia en mujeres premenopáusicas con mama avanzado