GACETA MÉDICA Madrid | viernes, 07 de octubre de 2016 h |

El Grupo Español de Linfomas (Geltamo) junto con el Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (Gellc) han organizado un curso sobre neoplasias hematológicas. En total, se han dado cita 129 médicos hematólogos residentes, procedentes de diversos hospitales de España, que durante dos jornadas han profundizado en los nuevos conocimientos biológicos de los linfomas agresivos y la LLC, los factores pronóstico y las nuevas dianas terapéuticas que existen para tratarlas.

José Antonio García Marco, hematólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, explica que con este tipo de formaciones se busca que los residentes aborden los casos clínicos desde una “visión amplia, y a la vez pormenorizada”, de la biología celular del tumor, de las técnicas diagnósticas, de la progresión clínica de la enfermedad y, en consecuencia, de las alternativas terapéuticas en primera línea o posteriores, ahora sobre todo que se tiende hacia lo que se denomina terapia personalizada.

Para García Marco “es fundamental obtener un buen diagnóstico para poder iniciar tratamiento, especialmente en los casos de progresión de la enfermedad”.

La clave del abordaje multidisciplinar

La constitución de equipos multidisciplinares para abordar las neoplasias hematológicas es una práctica que los especialistas consideran esencial para mejorar los índices de éxito con un paciente y, por tanto, uno de los aspectos que centran las formaciones que los hematólogos ofrecen a los médicos residentes.

A su vez, María Dolores Caballero, responsable de la Unidad Clínica y de Trasplante del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca y presidenta de la Fundación del Geltamo, indica que uno de los objetivos que se persigue con este tipo de cursos y jornadas es que “el médico joven aprenda que el abordaje del paciente con una neoplasia hematológica, y más concretamente con linfoma, ha de ser multidisciplinar”.

El paciente necesita de un trabajo conjunto “por parte del hematólogo, del especialista en anatomía patológica, del biólogo que analiza la biología del tumor, el radiólogo, el médico nuclear”, concreta la experta.

En este sentido de interacción profesional, García Marco también destaca la oportunidad que ofrece a los residentes este tipo de jornadas, donde pueden conocer cómo se trabaja en otros hospitales. “La interacción entre ellos- señala el doctor- también es importante, porque a diario no tienen tiempo ni posibilidad de entrar en contacto con otros residentes de hematología, y en estos cursos pueden conocer también cuál es la forma de manejo de los pacientes en unos hospitales y en otros”.

Nuevas dianas terapéuticas

Las aportaciones de la biología celular al campo de la oncología es una de las muestras del éxito que se puede conseguir con el trabajo en común de distintas especialidades. Al respecto, Caballero destaca la llegada de diferentes moléculas, algunas aprobadas recientemente como ibrutinib, cuya aparición ha sido posible a partir del conocimiento biológico de estos tumores.

Ibrutinib es un inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (BTK) que actúa formando un fuerte enlace covalente con la BTK para bloquear la transmisión de señales de supervivencia celular en las células B malignas . Al bloquear esta proteína, ayuda a destruir las células cancerosas y a reducir su número. También frena el empeoramiento del cáncer .

Los residentes

Además de acudir como alumnos, muchos de los residentes han tenido la oportunidad de presentar su experiencia clínica recogida en los hospitales en los que están trabajando.

Con el fin de añadir motivación al curso, se convocó un concurso al que los futuros hematólogos podían presentar trabajos en forma de póster, con resultados de interés científico obtenidos en los servicios a los que pertenecen y relacionados bien con linfomas agresivos, bien con leucemia linfática crónica.

En total se recibieron 51 trabajos, de los que un comité compuesto por los ponentes y organizadores del curso seleccionó los tres mejores en cada tipo de tumor.

Anna Varela, Rebeca Bailén y Carlos Plaza fueron los tres premiados en la categoría de LLC, mientras que en linfomas agresivos los trabajos galardonados fueron los presentados por Javier Cornago, Felix López y Luis García.