Reportaje

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CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 05 de enero de 2018 h |

El concepto de genética humana, es decir, la detección de la base geneticomoleculares de patologías, en su mayor parte hereditarias, es lo que más ha avanzado en los hospitales que cuentan con técnicas de secuenciación masiva. Así lo explica Miguel Ángel Moreno Pelayo, jefe de Servicio de Genética del Hospital Unversitario Ramón y Cajal.

Su evolución ha sido una historia de éxitos y avances que está permitiendo acercar de manera real la medicina “a la carta” y de precisión. Tras más de 20 años de esfuerzos, las recompensas empiezan a aflorar, aunque, eso sí, hay eslabones en materia política y reglamentaria que quedan por enlazar.

Como asegura Moreno Pelayo, hace 20 años no se conocía la secuencia del genoma humano y de muchos otros organismos. Ahora, es posible descifrar varios genomas, lo que ayuda a tener más conocimientos sobre los genes y la posición que ocupan. En definitiva, “la base para conocer más de cerca aquellos que causan patologías”, matiza.

Los avances relacionados con el diagnóstico y la aplicación de estas tecnologías en los distintos campos, así como las aplicaciones emergentes de la secuenciación masiva van en aumento.

Existen iniciativas dispares, como explica el experto, en distintas comunidades pero cada vez más se está implantando estas tecnologías en la práctica clínica, sustituyendo las técnicas clásicas. “El hecho de que se puede utilizar la secuenciación masiva en algunos hospitales nos permite explorar campos y facetas que antes no era posible”.

Presente

La tecnología de Next Generation Sequencing (NGS) está ya consolidada en la práctica clínica y con un número creciente de aplicaciones emergentes que requieren la profundidad de información que sólo la NGS puede ofrecer.

Su uso está permitiendo eliminar paulatinamente pruebas invasivas. Es el caso del cribado prenatal de aneuploidias en sangre materna a partir de DNA fetal circulante —NIPT— mediante NGS. “Hace años el gold standar era el triple screening bioquímico y una prueba invasiva, gracias a la secuenciación podemos hacer una aproximación para conocer si existe alguna adenopatía”.

En el campo de las enfermedades raras el futuro también se abre paso como prometedor. Como indica el genetista ahora es posible secuenciar paneles de genes (entre 100 y 200 hasta 5.000). Por ello, en este tipo de patologías con tanta heterogeneidad genética se puede aumentar la tasa de rendimiento diagnóstico.

Utilizar la secuenciación masiva en la detección del mosaicismo alélico es otra de sus aplicaciones. Monitorizar a un paciente para conocer su ha quedado algún clon residual es posible para ver así su evolución. De hecho, es posible detectar hasta el uno por ciento de los clones residuales. “En este caso es eficiente para ver si la terapia con la que se está tratando al paciente es la acertada”, apunta Moreno Pelayo.

En la misma línea, se está avanzando también en las técnicas de inducción génica para evitar el genoma, y para intentar reparar el daño genético o la generación de modelos murinos, avatares para determinadas enfermedades. Con estos últimos se intenta reproducir en un ratón una mutación para poder estudiar la fisiopatología de la enfermedad en particular. “Estas técnicas, normalmente, llevan asociadas la generación de muchos alelos, los que queremos y los que se pueden generar”, aclara.

Lo que parece claro que el año que dejamos atrás ha dado paso a avances espectaculares en el campo de la medicina genómica.

Avances también en la tecnología basada en la modificación del genoma en los propios leucocitos del paciente, las famosas terapias CAR-T, que fueron aprobadas oficialmente para el tratamiento de ciertos cánceres y ya ha salvado a muchos pacientes .

Y futuro

Igual que en los años 80, la mejora tecnológica que supuso pasar de una secuenciación clásica a la secuenciación automática cambió y definió la secuenciación como el gold standar, en la actualidad “estamos cambiando el paradigma”. A juicio de Moreno Pelayo, en cuanto se abaraten los costes será posible un diagnóstico analizando un exoma, es decir, analizar todos los genes del paciente y mantener esa información. Pero hay más. En el caso de que no se pueda ofrecer un diagnóstico y el gen no esté identificado será posible volver a consultar retrospectivamente esos datos y avanzar. “Hacer el trabajo una vez y esperar a que el conocimiento sobre esa patología avance para analizar esos datos”. Este es el futuro de esta medicina y donde hay que marcar tendencia, sin olvidar el marco ético legal, ya que “se ha pasado de la genética a la genómica”.

Pero este campo tiene desafíos más allá del desarrollo científico. Como indica el experto hay comunidades que como Andalucía y Navarra que tienen una apuesta de desarrollo de un programa de medicina personalizada a nivel autonómico.

Más allá de las políticas para incorporar esta tecnología y las innovaciones también es necesario, en opinión de Moreno Pelayo generar una estructura dentro de los hospitales que permita dar respuesta a una demanda que es cada vez más creciente en medicina personalizada, no sin antes reconocer la especialidad de genética. “Es lo que pondrá orden y ayudará a que a nivel estatal no existan diferencias en determinadas comunidades”.

El abordaje multidisciplinar de las patologías a través de los equipos de trabajo compuestos por especialistas, genetistas clínicos y bioinformáticos es también el futuro. “No pueden ser compartimentos estanco”.

Con todo, Moreno Pelayo explica que hay que ni generar datos, ni secuenciarlos es medicina de precisión, “si no hay detrás un conjunto de profesionales que puedan filtrar esa información”. De momento, los protagonistas de esta historia seguirán trabajando con estas tecnologías que permitirán el abordaje en red para ampliar el conocimiento en los hospitales y poder establecer sinergias para llegar “antes” a la medicina de precisión.


NGS



Está ya consolidada en la práctica clínica y con un número creciente de aplicaciones emergentes



Organización



Para seguir avanzando, es necesario generar estructura hospitalaria que permita dar respuesta la demanda