J.P.R. Madrid | viernes, 22 de septiembre de 2017 h |

La oncóloga del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona Neus Basté subrayó durante el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica la necesidad de hallar biomarcadores que permitan predecir qué pacientes se van a beneficiar de los tratamientos del carcinoma escamoso de cabeza y cuello (CECC).

Pregunta. ¿Qué novedades se han producido en ESMO en cáncer de cabeza y cuello?

Respuesta. El estudio en fase III Keynote 040 evalúa la población de pacientes afectos de carcinomas escamosos de cabeza y cuello. Se randomizaba a recibir pembrolizumab versus tratamiento estándar a criterio del investigador tras progresión a tratamiento con platino entre tres y seis meses. El resultado ha sido negativo. Lo que sí se fijan en el subanálisis sobre todo determinando en base a la expresión PDL-1 a nivel de la membrana tumoral o conjuntamente con las células inflamatorias. Ahí sí que se ve un beneficio no solo en tasas de respuestas sino en cuanto a la supervivencia global. No se han conseguido los objetivos que se esperaban, posiblemente porque han escogido una población menos pretratada si se compara con el estudio Checkmate 141 y seguramente estos pacientes, ala progresión, han recibido más tratamiento con inmunooncología.

P. Qué otros estudios se han presentado?

R. Otro estudio Fase II en el cual se evalúa a pacientes que hayan progresado a una primera línea de tratamiento con platino recurrentes metastásicos con carcinomas escamosos de cabeza y cuello a recibir durvalumab en monoterapia. Se han conseguido tasas de respuesta en torno al 16 por ciento. Si bien es cierto es un fase II y habrá que evaluar. En general, todos los tratamiento con inmunoterapia en monoterapia las tasas de respuesta son inferiores al 20 por ciento. La supervivencia libre de progresión media a los dos meses y sin grandes cambios en cuanto a la supervivencia global media. Nos movemos en unos tratamientos en monoterapia con resultados bastantes parecidos. Que haya aportada algo nuevo en ESMO muy a nuestro pesar no, pero es importante tener resultados de estudios.

P. ¿Y en el caso de la vacuna?

R. Se han presentado los datos de una vacuna terapéutica enfocada para la población HPV+, una vacuna dirigida para las oncoproteína E6 y E7 en combinación con un antiPD1. La verdad es que las tasa de respuestas son más alentadores. Están en torno al 36 por ciento. Siempre cabeza y cuello va un poco más retrasados con respecto al resto de patologías, pero hay más estudios en marcha.

P. ¿Qué previsiones pueden hacerse para el futuro?

R. Se está enfocando en localmente avanzado, que son aquellos pacientes que se pueden beneficiar de tratamientos radicales y conseguir que no haya recaída de enfermedad. Siempre que se reduzca el riesgo de recaídas a cierto tiempo o que no haya metástasis siempre mejora la supervivencia global de los pacientes. Entre un 51 y un 60 por ciento de los pacientes recaen y se trata de reducir este porcentaje y mejorar su supervivencia. Se tiende a mejorar las perspectivas en el localmente avanzado. En el recurrente y metastásico se está explorando la combinación.

P. ¿Qué papel está jugando la inmunoterapia?

R. Al final es tratar de mejorar los resultados de supervivencia que tenemos a día de hoy, reduciendo al máximo las toxicidades. Es importante seleccionar y hallar unos biomarcadores que nos permitan predecir qué pacientes se van a beneficiar de estos fármacos.

P. ¿Cómo se encuentra la investigación en oncología en España?

R. En el caso del Grupo Español de Tumores de Cabeza y Cuello se esta impulsando mucho. Se está trabajando mucho no solo en la educación y en la formación, sino también en la elaboración de ensayos clínicos que nos ayudan a responder preguntas de nuestro día a día en nuestra labor asistencial.