| miércoles, 28 de febrero de 2018 h |

Investigadores de la Escuela Bloomberg de Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) han descubierto un receptor especial de las células que recubren la garganta o los pulmones que podría servir para proteger a los mamíferos del desarrollo de alergias o asma.

En concreto, según detallan en la revista ‘Science Immunology’, han visto que el receptor dectin-1 reconoce una proteína que se encuentra en los ácaros del polvo doméstico, las cucarachas, los mariscos y otros invertebrados, y responde al suprimir las reacciones inmunes a estos desencadenantes comunes de la alergia y el asma.

Asimismo, los científicos también encontraron evidencia de que este mecanismo de protección se ve afectado drásticamente en aquellas personas que tienen asma o sinusitis crónica debido a la sensibilidad a los ácaros del polvo.

“Todos están expuestos a estas sustancias, sin embargo, la mayoría no tiene respuestas alérgicas, y este mecanismo que hemos descubierto parece explicar por qué”, según asegura Marsha Wills-Karp, principal autora de este hallazgo.

En su investigación sugiere que puede haber nuevas formas de tratar o prevenir las alergias y el asma, que afectan a decenas de millones de personas solo en los Estados Unidos, y el descubrimiento también insinúa que mientras el dectin-1 protege contra los ácaros del polvo y otras respuestas alérgicas relacionadas con los invertebrados, puede haber receptores adicionales no descubiertos que supriman las respuestas alérgicas al polen y otros alérgenos en el aire o la dieta.

Este receptor se había estudiado en investigaciones previas por su capacidad para reconocer estructuras en hongos u otros microorganismos y desencadenar respuestas inmunes a ellos. Incluso se han sugerido que el dectin-1 ayuda a desencadenar respuestas alérgicas a los ácaros del polvo.

Para investigarlo, los investigadores estudiaron ratones genéticamente modificados para carecer de dectin-1, y descubrieron por sorpresa que las vías respiratorias de estos ratones eran más propensas a la inflamación después de la exposición a ácaros del polvo, en comparación con ratones idénticos cuyas células de las vías respiratorias expresan normalmente este receptor.

Su bloqueo con anticuerpos tuvo el mismo efecto promotor de la alergia, según descubrieron posteriormente, por lo que determinaron que este receptor protegía contra las alergias a los ácaros del polvo en lugar de promoverlas.

RECONOCE LA PRESENCIA DE LA TROPOMIOSINA

Además, vieron que este compuesto reconoce directamente una proteína llamada tropomiosina que se encuentra en los ácaros del polvo doméstico y otros invertebrados, y que ha sido considerada en otros estudios por ser un posible desencadenante del asma o las alergias al marisco.

Los experimentos indicaron que cuando dectin-1 reconoce la tropomiosina en ácaros de polvo doméstico, gambas u otras especies desencadenantes de alergias comunes, suprime la producción de células de las vías respiratorias de una molécula inmune, IL-33, que de otro modo promovería una respuesta alérgica por las células inmunes.

El siguiente paso fue estudiar células nasales y bronquiales de personas que sufren de asma o rinosinusitis crónica por una sensibilidad al ácaro del polvo, y encontraron que estas células tenían una expresión marcadamente menor de dectin-1.

Asimismo, también examinaron datos de un estudio genético previo de niños con asma y descubrió que una variante del gen dectin-1, que reduce la producción del receptor, está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de asma.

“Nuestros hallazgos sugieren que las personas que tienen dectin-1 suficiente en las células que recubren sus vías respiratorias no experimentarán una respuesta alérgica cuando se exponen a ácaros del polvo o alérgenos relacionados, pero a las personas con un defecto en la expresión dectin-1 les faltará protección”, dice Wills-Karp.

Por ello, una posible estrategia terapéutica contra el asma o las citadas alergias podría basarse en aumentar los niveles de dectin-1, o restaurar su efecto protector. En cambio, en su trabajo constataron que este receptor no reconoce el polen, otra fuente importante de alergias, por lo que habrá que buscar nuevos receptores en futuras investigaciones.