El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. En efecto hay mucho que celebrar: los avances en la genómica, la medicina de precisión, la inmunoterapia, la terapia celular y las nuevas tecnologías, que han permitido cambiar el paradigma y ser más eficaces en el diagnóstico precoz y en el tratamiento del cáncer. Pero es también tiempo de reflexión sobre los enormes retos que aún tenemos por delante, porque la incidencia del cáncer aumenta y también lo hace la cronicidad. Y todo ello ocurre cuando nos ocupan desafíos como la calidad asistencial y la sostenibilidad del sistema sanitario, la integración de los niveles asistenciales, la coordinación de los servicios hospitalarios, la equidad, los cambios organizativos, la inversión en investigación, el reconocimiento del talento y la humanización de la sanidad, que pasa crear entornos y procesos más respetuosos y amigables con el paciente y también con los profesionales sanitarios.
Urge actualizar la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud incluyendo entre las prioridades no solo los aspectos socio-sanitarios como prevención, diagnóstico precoz, acceso a terapias avanzadas, atención multidisciplinar, investigación clínica, cuidados paliativos o atención a los largos supervivientes, sino también elementos tan necesarios como el consenso entre las comunidades autónomas y la administración central, abandonar el cortoplacismo para planificar la inversión en sanidad, que no gasto. Las sociedades científicas han demostrado estar preparadas para participar en esta estrategia, resaltando la diferencia entre valor y coste. También los representantes de los pacientes, una comunidad que ha madurado y que participa activamente proponiendo soluciones.
Rendir un homenaje en este día mundial significa comprometerse a mejorar los resultados en salud, no con palabras sino con hechos. Tenemos muchas debilidades sobre las que trabajar, pero también fortalezas, porque las hay. Contamos con profesionales sanitarios de primer nivel, grupos cooperativos que mantienen viva la investigación en cáncer pese a que la inversión no esté a la altura de sus méritos.
En este Día Mundial contra el Cáncer hablemos con respeto y empatía, con humanidad, reconociendo a la persona que habita detrás del diagnóstico y a quienes le acompañan, todo eso que llamamos pacientes con cáncer. A ellos debemos este día y a quienes cada día les cuidan, dentro y fuera del entorno sanitario. Mirémonos todos a los ojos con franqueza y comprensión, informando adecuada y oportunamente, acompañando, porque todo ello también contribuye a mejorar los resultados en salud.
Rendir un homenaje en este día mundial significa comprometerse a mejorar los resultados en salud
