Carmen M. López Madrid | lunes, 03 de diciembre de 2018 h |

Durante la 60 Reunión y Exposición Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) en San Diego, varios estudios han destacado cómo el desarrollo tecnológico se está traduciendo en avances clínicamente relevantes para los trastornos sanguíneos difíciles de tratar.

“Estos estudios de vanguardia son ejemplos del rápido progreso que estamos viendo en la investigación médica gracias a la nueva tecnología y el intercambio de datos”, dijo el moderador de la conferencia de prensa Joseph Mikhael, MD, del Instituto de Investigación de Genómica Traslacional (TGen), Ciudad de Hope Cancer Center en Phoenix. “Incluso hace solo dos años, estudios como este no eran posibles”. A su juicio, la tarea que realiza la sociedad americana es trascendental para estos avances, ya que está permitiendo “la colaboración mejorada entre científicos, métodos científicos mejorados y la traducción de esa ciencia en mejores resultados para el paciente”.

Estos estudios se centran en las formas en que los médicos pueden usar la información genética y clínica para obtener información específica del paciente. En concreto, el primero aplica técnicas de aprendizaje automático para mejorar las herramientas que utilizan los médicos para determinar el pronóstico de los pacientes con síndromes mielodisplásicos. El otro estudio utiliza el cribado genético rápido para hacer coincidir a los pacientes diagnosticados con leucemia mieloide aguda con terapias dirigidas. Un tercer estudio sugiere centrarse en la salud del microbioma para ayudar a mejorar los resultados de los pacientes que se someten a un trasplante de células hematopoyéticas.