Marta Riesgo Madrid | viernes, 25 de mayo de 2018 h |

A estas alturas, ya nadie duda de que la llegada de los tratamientos dirigidos en el campo de la oncología ha cambiado de forma radical el abordaje de estas patologías. Encarnación González Flores, oncóloga médico del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, de Granada, y secretaria general de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), lo explica de forma tajante durante su intervención en el X Seminario de Periodistas ‘Curar y cuidar en Oncología’, organizado por la SEOM y MSD: “Ya no hablamos de la localización, sino de enfermedades que comparten alteraciones genéticas; ya no es un tratamiento para un cáncer, sino para un paciente con un biotipo tumoral concreto”.

Ante esta realidad, González consideró que las agencias reguladoras deberían empezar a plantearse conceder las aprobaciones de estos tratamientos por mutaciones moleculares. En este sentido, Ruth Vera, presidenta de la SEOM, recordó que en julio de 2017 la agencia norteamericana del medicamento, la FDA, otorgó la aprobación acelerada a la inmunoterapia pembrolizumab para pacientes con tumores sólidos que tienen una o dos características genéticas específicas conocidas como deficiencia de reparación de discrepancias y alta inestabilidad microsatélite.

Esto, puntualizó la presidenta de la sociedad médica, fue un hito claro que marca un antes y un después a nivel regulatorio y que abre la puerta a que otros fármacos puedan seguir aprobaciones por esta línea.

Para González Flores, aunque “aún falta mucho camino por andar en medicina de precisión, hay que abrir las puertas al futuro y comunicar que nos encontramos en la era del tratamiento personalizado”. Actualmente, señaló, “ya hay muchos tumores de los que disponemos de biomarcadores que nos permiten seleccionar un tratamiento específico, si bien esto aún no está disponible para todos los tumores”.

Con todo, desde SEOM, dijo, “estamos preparados y nos hemos puesto a disposición del Ministerio de Sanidad para trabajar en la adecuada planificación e implementación de la estrategia de medicina personalizada”.

Datos en vida real

Por otra parte, durante el seminario también se ha remarcado la idea de que la evaluación de datos en vida real como herramienta para medir el valor de las innovaciones es clave para avanzar en la sostenibilidad del sistema sanitario. No obstante, aún falta mucho camino por recorrer para avanzar en la implementación de estas estrategias y, uno de los retos se refiere a la necesidad de establecer un marco jurídico claro.

Así lo puso de manifiesto Cristina Ibarrola, jefa de Servicio de Efectividad y Seguridad Asistencial del Servicio Navarro de Salud, quien apuntó a la necesidad de establecer una regulación específica en Real World Data que aporte certidumbre al sector. Ibarrola puso sobre la mesa la importancia que tiene el aprovechamiento de la información que ofrece la explotación de resultados de vida real a través de las nuevas tecnologías para mejorar la atención sanitaria y apuntó a la necesidad de evaluar resultados en salud.

En este sentido, Ruth Vera mencionó la puesta en marcha de su proyecto OncoEVALUA. El objetivo es estandarizar indicadores de medida de resultados en salud en Oncología, integrando datos de práctica clínica de pacientes de cáncer colorrectal, mama y pulmón, en enfermedad avanzada, para desarrollar un cuadro de mandos de aplicación en gestión sanitaria.

Y es que, aunque la medicina personalizada y la innovación terapéutica podrían suponer mejoras en la calidad asistencial de los pacientes, es necesario definir de una manera estructurada indicadores de resultados en salud. Según la representante del Servicio Navarro de Salud, “disponer de estos indicadores consensuados a nivel de todas las comunidades permitirá comparar resultados y la identificación de buenas prácticas que mejoren la calidad de la atención en procesos oncológicos”.