GM Barcelona | viernes, 03 de febrero de 2017 h |

Un estudio multicéntrico realizado por investigadores españoles con 1.055 pacientes ha evaluado el riesgo de reactivación de la enfermedad inflamatoria intestinal (EEII) tras la suspensión del tratamiento anti-TNF (medicamentos biológicos utilizados para el tratamiento de afecciones inflamatorias crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal) en pacientes en los que se había alcanzado la remisión con dichos fármacos. La enfermedad inflamatoria intestinal incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Este estudio, publicado en la revista American Journal of Gastroenterology, concluye que la suspensión del tratamiento anti-TNF no puede ser universalmente recomendada en la práctica clínica, ya que aproximadamente la mitad de los pacientes que suspendieron el tratamiento presentaron una reactivación de la enfermedad. La decisión debe ser individualizada y se deben discutir los riesgos y beneficios con el paciente.

El proyecto ha sido coordinado por María José Casanova, de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, y Javier P. Gisbert, de la misma Unidad e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd) y del Instituto de Investigación Princesa IP, y han participado investigadores de 78 hospitales españoles pertenecientes a las redes de trabajo de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) y del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa.

Resultados

Los resultados de este estudio son muy relevantes para el manejo clínico de esta enfermedad. “Un número elevado (el 44 por ciento) de los pacientes presentaron reactivación de la enfermedad, con una tasa por año de seguimiento del 18 por ciento. Además, se identificaron factores que pueden ayudar a decidir si es conveniente suspender el tratamiento”, explica Casanova.

De acuerdo con los resultados de este estudio, los factores asociados con menor riesgo de reactivación fueron la mayor edad del paciente al suspender el tratamiento y el tratamiento de mantenimiento con fármacos inmunosupresores tras la suspensión del anti-TNF. En cambio, los factores asociados con un mayor riesgo de reactivación fueron el tratamiento con adalimumab (vs. infliximab) y la suspensión del tratamiento de forma electiva o por efectos adversos (vs. la suspensión del tratamiento como parte de la estrategia top-down).

Tras la reactivación de la enfermedad, la gran mayoría de pacientes (75 por ciento) a los que se readministró el tratamiento anti-TNF alcanzaron nuevamente la remisión. El 11 por ciento de los pacientes a los que se les administró de nuevo el tratamiento anti-TNF presentó efectos adversos, la mayoría de ellos leves.

Por tanto, la conclusión más importante del estudio son que la suspensión del tratamiento anti-TNF no puede ser universalmente recomendada en la práctica clínica, ya que aproximadamente la mitad de los pacientes que suspendieron el tratamiento presentaron reactivación de la enfermedad. Sin embargo, la readministración del fármaco es generalmente segura y eficaz, por lo que, como comenta Gisbert, “la decisión de suspender el tratamiento debe ser individualizada y se deben discutir los riesgos y beneficios con el paciente”.