J. A. R. Barcelona | viernes, 05 de mayo de 2017 h |

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) publicaban el pasado mes de abril en Nature Communications que han descubierto un nuevo mecanismo de acción del metoprolol, un fármaco capaz de reducir las secuelas producidas durante un infarto si se administra precozmente. Ya en 2013, expertos del CNIC demostraron que administrar de forma muy precoz este fármaco durante un infarto reduce el daño y las secuelas en el corazón. Pero no sabían por qué sucedía, una respuesta a la que acaban de llegar.

Como explica Jaime García-Prieto, primer autor del artículo, la clave reside en que el metoprolol “aturde a los neutrófilos” y logra que estos sean “menos dañinos en el músculo cardiaco”. Y es que cuando se da un infarto, también se produce una llega masiva de neutrófilos (un tipo de células sanguíneas cuya misión es combatir las infecciones). “Pero, en el contexto de un infarto, los neutrófilos dañan al corazón”, explica Borja Ibáñez, director del Departamento de Investigación Clínica del CNIC y cardiólogo en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Por tanto, la acción del metoprolol permite reducir el daño causado por los neutrófilos. Y cuanto antes se administre, menos perjudicial será el efecto de estos.

Ahora que los expertos ya comprenden uno de los mecanismos más relevantes que explican el efecto beneficioso del fármaco, García-Prieto señala que van a seguir investigando. En este sentido, Ibáñez comenta que, por un lado, pondrán en marcha un ensayo clínico con más pacientes para confirmar estos resultados y ver si se reduce la mortalidad. “Y, además, queremos estudiar este fármaco en otras patologías, en las que los neutrófilos activados también juegan un papel importante, como es el caso del ictus o de las sepsis muy severas”.