SANDRA PULIDO Madrid | viernes, 01 de junio de 2018 h |

El papel que juega el reloj biológico en la salud del cuerpo humano será el tema central del la XXXVII Lección Memorial Fernández-Cruz. El catedrático de Medicina Interna, Arturo Fernández-Cruz, explica a GM las principales novedades que se abordarán en este encuentro.

¿Qué ha sido lo más destacado del XXXVII Lección Memorial ‘El Futuro de la Humanidad en Manos del Reloj Biológico’?

Respuesta. Este año intentamos generar una perspectiva diferente y concebir al ser humano de una forma robótica. Es decir, el ser humano tiene un reloj interno que define, no solo lo que constituye su actividad fisiológica a nivel celular, sino también su conducta. Especialmente en situaciones que son singulares como es el mundo del sueño en el que ha incidido nuestro invitado de honor, el profesor Michael W. Young, Premio Nobel de Medicina 2017, experto en los trastornos del sueño. Pero la importancia radica en los trastornos que nosotros realizamos en el reloj biológico como nuestros hábitos alimentarios o nuestros hábitos de actividad y sueño en relación con la luz y la oscuridad. Lo que nosotros modificamos voluntariamente saliendo de juerga o trabajando, o por el problema de los viajes transoceánicos. Todo esto produce una readaptación, que es en realidad vivir, y vivir es adaptarse en todo nuestro sistema fisiológico.

P. ¿Cómo afecta a la salud los trastornos del ritmo circadiano?

R. Afecta al envejecimiento y, a su vez, a la expresión de enfermedades crónicas. Es la consecuencia de no sacar la basura por la noche. En nuestra cocina sacamos la basura por la noche y tenemos la cocina al día siguiente perfectamente. La célula hace lo mismo. Si esa basura se mantiene sin poderse limpiar produce una inestabilidad de nuestro código genético. Y esa inestabilidad es que la que produce ese trastorno del alfabeto que es lo que se llaman polimorfismos genéticos, que expresan enfermedades devastadoras como el cáncer, la enfermedad cerebrovascular, el alzhéimer o el párkinson.

P. ¿Y cuál es el mecanismo desencadenante?

R. Hemos aportado evidencias en el Memorial, por parte de Juan Carlos Izpisúa, que es el nuevo concepto del epigenoma, relacionado con la traducción en lenguaje científico de basura. Consiste en la metilación inadecuada de los lugares frágiles del ADN o depósitos de algunas proteínas como las histonas, que son las responsables de que se produzcan estos trastornos metabólicos o enfermedades severas. Pero creo que lo más original del simposio científico fue el problema de la inflamación. La inflamación ha sido concebida por el médico de forma simple y ahora hemos visto que la inflamación es uno de los elementos clave en el paso a la enfermedad. Si usted desarrolla inflamación puede desarrollar todas estas enfermedades devastadoras a parte de las conocidas enfermedades inmunomediadas. Como médicos tenemos que luchar contra la inflamación. Que un sujeto presente marcadores de inflamación elevados en sangre es algo que debe preocupar al médico y tenemos nuevas herramientas para combatirla como es la inmunoterapia.