| miércoles, 04 de abril de 2018 h |

De los cuatro millones y medio de personas que viven solas en España, dos millones tienen 65 años o más. Además, el 32% de las personas de 55 años en adelante se sienten solas, una tendencia que va en aumento en Europa, tanto que a principios de este año el gobierno del Reino Unido creó un nuevo Ministerio de la

Soledad.

Teniendo en cuenta esta situación, la quinta edición de la Cátedra Fundación AstraZeneca de Innovación en Diabetes, junto con el Institut d’Investigaciones Biomèdiques de Barcelona (IDIBAPS), ha organizado ‘La edad y la soledad en diabetes: suman o restan’, un debate en el que la comunidad científica ha concluido la necesidad de incluir la soledad en las estrategias de abordaje de la enfermedad.

Durante la jornada, que ha inaugurado la segunda edición del ciclo de debates ‘Diabetes, hacia la última frontera”, Miquel Bernardo, Consultor Senior del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona, ha afirmado que “los estilos de vida se están identificando cada vez más como factores pronóstico en la salud convirtiendo las situaciones de vulnerabilidad física, como la diabetes, en estados de mayor fragilidad”. Concretamente, “el estilo de vida se ha reconocido como modulador evolutivo por lo que una adecuada percepción y autoestima capacita al paciente para afrontar mejor la diabetes”, ha asegurado Bernardo.

Del mismo modo, Leocadio Rodríguez Mañas, jefe del Servicio de Geriatría en el Hospital Universitario de Getafe (Madrid), ha apuntado ante los 54 asistentes que “la soledad juega un papel importante en la diabetes ya que está asociado a una serie de conductas como carencias nutricionales, problemas de adherencia al tratamiento, aislamiento, trastornos depresivos y menor actividad que no son las más adecuadas para los pacientes”.

Estrategias globales y trasversales

Ramón Gomis, director de la Cátedra Fundación AstraZeneca de Innovación en Diabetes, ha afirmado que “necesitamos incorporar la soledad no sólo en la prevención de la diabetes, sino también en sudiagnóstico y tratamiento”, refiriéndose a una enfermedad que actualmente afecta a más de 5,3 millones de españoles. Una de las propuestas realizadas por Dr. Rodríguez Mañas ha sido “detectar la soledad para, posteriormente explorar cómo la vive el sujeto, el impacto sobre la enfermedad y el cumplimiento terapéutico a fin de trazar un tratamiento global del paciente”.

En caso de que la ésta“no suponga una situación estresante se monitorizaría al paciente, pero si por el contrario afecta negativamente habría que intervenir a través de consejosy actividades que rompan con la soledad o incluso contactar con los Servicios Sociales, en los casos más graves”.