GM Madrid | lunes, 05 de noviembre de 2018 h |

En solo diez años, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer han cambiado de una forma tan espectacular que los especialistas en oncología ya hablan de un cambio de paradigma. “Las posibilidades tecnológicas de secuenciar el genoma o identificar alteraciones en los genes de las células tumorales (las dianas terapéuticas) han provocado una transición desde los diagnósticos de base anatómica hasta los diagnósticos actuales de base biomolecular”, destaca Bartomeu Massuti, jefe del Servicio de Oncología del Hospital General de Alicante y secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP). Una nueva situación que, continúa explicando este especialista, ha provocado el desarrollo creciente de “fármacos innovadores eficaces para subgrupos de pacientes oncológicos cada vez más reducidos y específicos”.

“Actualmente, ya no tratamos igual a todos los pacientes; hoy en día, buscamos y debemos buscar estas alteraciones moleculares en los pacientes para poder ofrecerles la mejor alternativa terapéutica”, subraya Rosario García Campelo, especialista en oncología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Tanto en su opinión como en la de Massuti, el diagnóstico molecular en cáncer es ya hoy día clave en la oncología y, por eso, ambos hablan de un cambio de paradigma en un área terapéutica en la que, tradicionalmente, lo más importante había sido siempre la localización del tumor.

Ahora, esta situación ha cambiado y el estudio de las alteraciones moleculares llega para sumarse como una variable clave al resto de criterios tanto diagnósticos como terapéuticos en oncología. “Los avances de los últimos años nos permiten conocer mejor la enfermedad desde el punto de vista biológico y nos ayudan a tratarla en función de estas alteraciones con fármacos dirigidos y altamente específicos para cada tipo de tumor y paciente”, destaca García Campelo, quien señala que estos fármacos no solo aportan mayor eficacia, sino también un mejor perfil de tolerancia y, por tanto, una reducción de los efectos secundarios. Así, continúa Massuti, “aparecen menos complicaciones y se produce, por consiguiente, un incremento contrastado científicamente de la calidad de vida de los pacientes”.

El cáncer de pulmón, ejemplo de medicina personalizada en oncología

En este escenario, García Campelo apunta al cáncer de pulmón como “uno de los mejores ejemplos de la aplicabilidad de este concepto de medicina personalizada a la oncología”, una afirmación que secunda Massuti, que hace referencia al “aumento progresivo y muy rápido de la complejidad en cáncer de pulmón”. “Donde antes solo existían el cáncer de pulmón microcítico y no microcítico, ahora hay muchos subtipos distintos definidos por alteraciones genómicas, lo cual nos obliga a buscar el diagnóstico a este nivel”, destaca.

De hecho, de forma paralela al descubrimiento de nuevos subtipos de cáncer de pulmón, también se han ido desarrollando nuevos fármacos dirigidos a esas alteraciones moleculares concretas (ALK, ROS1, KRAS, EGFR…) Concretamente, en el último Congreso Mundial de Cáncer de Pulmón, se han presentado resultados con un nuevo tratamiento (brigatinib) que ha demostrado ser más eficaz que uno de los tratamientos estándar en cáncer de pulmón no microcítico con traslocación en ALK, un subtipo de cáncer de pulmón que solo afecta a entre el 3 y el 5 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón de tipo no microcítico. Una circunstancia que sirve como un ejemplo claro de la investigación exponencial de fármacos innovadores en grupos reducidos y muy específicos de pacientes.

Así, gracias a la investigación, diagnóstico y tratamiento molecular del cáncer, los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico ALK+, cuyo perfil suele ser el de una persona joven y con poca historia de consumo de tabaco, tiene disponible un arsenal terapéutico amplio y muy específico que, hace solo unos años, no habría sido posible.

Además, como señala el doctor Massuti, “existen varios fármacos disponibles que actúan sobre ALK, lo cual abre la puerta a un tratamiento secuencial con fármacos dirigidos en estos pacientes con enfermedad metastásica y esto es algo que ha cambiado radicalmente las condiciones y las perspectivas de vida de estas personas”.

Toda una serie de innovaciones que han logrado que, pese a que la incidencia del cáncer ha aumentado de forma exponencial en los últimos años, no lo haya hecho en cambio la mortalidad. Este cambio de paradigma en oncología permite por fin a los profesionales tratar a los pacientes oncológicos con la mejor opción de tratamiento, la que actúa de forma específica sobre la alteración molecular que está provocando la patología individual de cada paciente.