Sandra Pulido Madrid | viernes, 05 de enero de 2018 h |

Un proyecto llevado a cabo por los Servicios de Cardiología y Farmacia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha permitido reducir en un 30 por ciento los sangrados en pacientes infartados.

La cardiopatía isquémica es una de las principales causas de mortalidad, morbilidad y coste sanitario en España y Estados Unidos. La mitad de los varones y un tercio de las mujeres de mediana edad sufrirán alguna manifestación isquémica.

Los fármacos que actúan contra el trombo que origina el síndrome coronario agudo constituyen el pilar fundamental del tratamiento, pero su empleo lleva asociado un riesgo de aparición de sangrados.

El trabajo surgió en el año 2011 porque “el servicio de Cardiología comprobó que los pacientes con síndrome de coronario tenían el índice de sangrado” bastante alto, explica a GM Ana de Lorenzo Pinto, del servicio de Farmacia del Gregorio Marañón.

Los especialistas realizaron en primer lugar un estudio previo “donde comprobamos que factores como el uso de antitrombóticos se podían mejorar reduciendo el porcentaje de dosificación y empleando nuevos medicamentos que han demostrado en los ensayos clínicos que reducen en el riego de hemorragias”, puntualiza la experta.

Ahorro de 95.000 euros

Los pacientes con síndrome coronario agudo constituyen uno de los grupos con mayor riesgo de desarrollar hemorragias debido, principalmente, a la necesidad de una terapia antitrombótica muy agresiva en las etapas iniciales de la enfermedad. Estos sangrados no solo se relacionan con un peor pronóstico sino que también suponen un aumento del gasto sanitario.

Por estos motivos, el Hospital Gregorio Marañón llevó a cabo el estudio con la idea de reducir estos sangrados mediante la optimización del uso de fármacos antitrombóticos.

“También hay que evitar las combinaciones de estos fármacos que en principio no mejoran la eficacia pero si aumentan el porcentaje de sangrados” por tanto “implementando estas tres medidas en un estudio posterior se comprobó que se reducía el porcentaje de sangrado casi un 30 por ciento. Lo que ahorraba cerca de unos 95.000 euros porque el número de reingresos era menor”, añade De Lorenzo.

“Los resultados se publicaron en octubre en la Revista Española de Cardiología y se han incorporado ya a la práctica clínica” y además, las medidas propuestas pueden ser perfectamente extrapolables al resto de hospitales por la “sencillez de su implantación”, concluye Ana de Lorenzo.

Un total de 667 pacientes

El estudio, que incluyó a 677 pacientes, tiene por título ‘Análisis de la eficiencia y de los resultados en salud de un programa dirigido a la disminución de sangrados en pacientes con síndrome coronario agudo’ y pudo realizarse gracias a una subvención concedida por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y recibió el premio al mejor trabajo presentado en el 61º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.

El proyecto ha sido un trabajo de colaboración de todo el personal perteneciente a la Unidad Coronaria, Laboratorio de Hemodinámica, Servicio de Farmacia, Servicio de Archivo, Servicio de Gestión de Control y Unidad de Apoyo Estadístico del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.