Mar Barberà Barcelona | viernes, 27 de octubre de 2017 h |

Los criterios de coste-efectividad cada vez tienen un mayor peso en los procesos de toma de decisiones, también ocurre así en el campo de la endocrinología y de la nutrición. Juan Antonio Vallejo, director de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Nuclear del Hospital Reina Sofía de Córdoba, explica a GM que un procedimiento es dominante frente a otro “cuando su aplicación supone un ahorro para el sistema sanitario, todo ello consiguiendo mejora en la supervivencia ajustada por calidad de vida, lo que se conoce como AVAC, es decir años de vida ajustados por calidad”.

Sobre este asunto y en relación a los tratamientos en cáncer de tiroides, que se abordaron en el Congreso de la SEEN, Vallejo observó que “la utilización de rhTSH (Thyrogen) como estímulo para la preparación del paciente que va a recibir radioyodo genera un beneficio en el global del procedimiento para el sistema sanitario, ya que el coste total es inferior al que se produce cuando se depriva al paciente”.

“La estimulación con rhTSH proporciona mejora en AVAC a un coste menor para el sistema sanitario español y superior a la deprivación hormonal”, explicó Vallejo, quien destacó que el ratio incremental de coste efectividad (ICER, por sus siglas en inglés) se sitúa en la actualidad en 12.769 euros por AVAC.

Costes del procedimiento

Asímismo, este experto añadió que “en el coste del procedimiento no solo hay que incluir el coste del fármaco (que evidentemente es mayor que el coste de la decisión de suspender la hormona), sino todos aquellos procedimientos que se realizan, con especial interés en el coste de la hospitalización en la habitación de terapia. La estancia tras estimulación con esta molécula es significamente inferior a la estancia tras deprivación. Esto se ha valorado en el sistema de salud español mediante la aplicación de un modelo de ‘Markov’ y publicado en la Revista Española de Medicina Nuclear e imagen molecular. Vallejo añadió que “si además se incluyen los costes de baja laboral, que también es significativamente inferior en el procedimiento tras rhTSH, estas diferencias se ampliarían”. A este argumento sobre el tiempo de ingreso de los pacientes en el hospital, el especialista añadió que permite reducir el número de cancelaciones de procedimientos y una mejora de planificación en habitación de terapia.

El experto insistió en que carece de sentido el hipotiroidismo como método de preparación para la ablación en el año 2017. Durante su intervención, Vallejo hizo referencia a seis estudios diferentes, con 1.660 pacientes, en los que se compararon el éxito de la ablación a los seis y a los 12 meses. En este sentido, subrayó que, según los resultados que se han llevado a cabo hasta el momento, “los éxitos de ablación son iguales en ambos métodos de preparación”.