GM Madrid | martes, 04 de diciembre de 2018 h |

El proyecto ‘ScarLessWorld’, encabezado por Yuval Rinkevich, líder del grupo de investigación en Helmholtz Zentrum München (Alemania), ha recibido una beca Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación para estudiar formas de sanar las heridas de la piel sin dejar cicatrices.

Con 2 millones de euros de fondos para investigación en los próximos cinco años, el proyecto abordará la regeneración de tejidos y órganos.

Yuval Rinkevich y su equipo han realizado recientemente una importante contribución en este campo. “Pudimos demostrar que los fibroblastos, las células del tejido conectivo de la piel responsables de la curación de heridas, no son una población uniforme. Nuestros hallazgos muestran que hay cuatro tipos diferentes y que es la composición de estos cuatro tipos lo que determina la cantidad de cicatrices que se producen”, detalla el investigador.

Rinkevich apunta que si la piel de un embrión en desarrollo se lesiona, simplemente se regenera. Sin embargo, en etapas posteriores de la vida, la herida cicatriza. Recientemente, los investigadores lograron demostrar que este fenómeno se debe a las diferencias en la población de fibroblastos en la piel.

La proporción de células regenerativas disminuye a medida que el desarrollo progresa, mientras que aumenta el número de células formadoras de cicatrices. Cuando los investigadores trasplantaron fibroblastos de embriones de ratón a heridas en animales adultos, la cicatrización se redujo significativamente.

Tomando como base estos resultados, Yuval Rinkevich sabe lo que quiere lograr a continuación. “Queremos utilizar nuevos enfoques experimentales para comprender cómo funciona esta ‘cicatrización sin cicatrices’ y, a largo plazo, reproducirla clínicamente”, relata.

Como parte de su proyecto ‘ScarLessWorld’, está planeando para catalogar completamente los repertorios de linajes de fibroblastos dérmicos, utilizar técnicas de imagen para determinar la dinámica de los fibroblastos durante la cicatrización de heridas, identificar los genes responsables de la regeneración frente a la cicatrización y, finalmente, trasladar estos hallazgos a la piel humana.

“Usando las tecnologías que hemos desarrollado, podemos lograr este gran avance. Eso sería un gran salto hacia adelante para la medicina regenerativa”, asegura Rinkevich. Las opciones para prevenir la formación de cicatrices en heridas grandes, quemaduras y lesiones similares son actualmente extremadamente limitadas. Si el enfoque resulta ser exitoso, también podría adaptarse a otras afecciones, como la fibrosis pulmonar, en la que el tejido pulmonar está cicatrizado.