GM Madrid | martes, 28 de agosto de 2018 h |

Un estudio con más de 40.000 pacientes, de seis continentes distintos, ha revelado las principales razones por las que las personas mueren después de una cirugía no cardiaca. Los datos revelan que lesión miocárdica, hemorragia mayor y sepsis contribuyeron a casi tres cuartos de todas las muertes.

“Existe una suposición falsa entre los pacientes de que una vez que te han operado, ya ha pasado todo. Desafortunadamente, ese no es siempre el caso, y ahora tenemos una mejor idea de cuándo y por qué las personas mueren después de una cirugía no cardíaca. La mayoría de las muertes están relacionadas con causas cardiovasculares”, señala Jessica Spence, de la Universidad McMaster (Canadá), y una de las autoras del estudio, presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).

El estudio ‘VISION2’ incluyó a 40.004 pacientes de 45 años o más que se sometieron a cirugía no cardiaca y permanecieron en el hospital durante al menos una noche. Los pacientes fueron reclutados en 27 centros en 14 países de América del Norte, América del Sur, Asia, Europa, África y Australia, y monitoreados por complicaciones hasta 30 días después de la cirugía.

Los investigadores encontraron que 715 pacientes, que constituían el 1,8 por ciento del total, murieron dentro de los 30 días posteriores a la cirugía no cardíaca. De ellos, 505 (el 71 por ciento) murieron en el hospital, incluidos cuatro en la sala de operaciones, y 210 (el 29 por ciento) fallecieron después del alta hospitalaria. “Uno de cada 56 pacientes murió dentro de los 30 días posteriores a la cirugía no cardíaca y casi todas las muertes ocurrieron después de abandonar el quirófano, con más de una cuarta parte después del alta”, añade Spence.

Ocho complicaciones perioperatorias, incluyendo cinco cardiovasculares, se asociaron con la muerte dentro de los 30 días posteriores a la cirugía. Las tres principales complicaciones, que contribuyeron a casi las tres cuartas partes de todas las muertes, fueron la lesión del miocardio después de la cirugía no cardiaca (29 por ciento), hemorragia mayor (25 por ciento) y sepsis (20 por ciento).

Prevenir las complicaciones después de una cirugía

“Estamos dejando a los pacientes en el control postoperatorio. El estudio sugiere que la mayoría de las muertes después de la cirugía no cardiaca se deben a causas cardiovasculares, por lo que los cardiólogos tienen un papel importante que desempeñar para mejorar la seguridad del paciente, como la realización de análisis de sangre y de imágenes para identificar a los pacientes en riesgo y luego el tratamiento preventivo”, señala el investigador principal, el profesor Philip J. Devereaux, director de cardiología de la Universidad McMaster.

Resultados anteriores del estudio ‘VISION’ mostraron que un simple análisis de sangre puede identificarla lesión del miocardio, permitiendo a los médicos intervenir de forma temprana y prevenir complicaciones adicionales. El análisis de sangre mide una proteína llamada troponina T de alta sensibilidad que se libera en el torrente sanguíneo cuando se lastima el corazón.

En cuanto a las complicaciones cardiovasculares, la lesión del miocardio se produjo en 5.191 pacientes (el 13 por ciento) e independientemente aumentó el riesgo de mortalidad a los 30 días en 2,6 veces; la hemorragia mayor ocurrió en 6.238 pacientes (el 16 por ciento) y el riesgo incrementado en 2,4 veces; 372 pacientes (el 0,9 por ciento) tenían insuficiencia cardíaca congestiva, lo que elevó el riesgo en 1.6 veces; 152 pacientes (el 0,4 por ciento) tenían trombosis venosa profunda que aumentó el riesgo en 2,1 veces; y 132 pacientes (el 0,3 por ciento) tuvieron un accidente cerebrovascular, que aumentó el riesgo por un factor de 1.6.

Con respecto a las complicaciones no cardiovasculares asociadas con la mortalidad a los 30 días, la sepsis ocurrió en 1.783 pacientes (el 4,5 por ciento) y el riesgo incrementó de forma independiente en 5,7 veces; la infección ocurrió en 2,171 pacientes (el 5,4 por ciento) y aumentó el riesgo en 1,9 veces; y 118 pacientes (el 0,3 por ciento) tuvieron una lesión renal aguda que dio como resultado una nueva diálisis, lo que aumentó el riesgo en 4,7 veces.

“Combinados, estos descubrimientos nos dicen que debemos involucrarnos más en el cuidado y la monitorización después de la cirugía para garantizar que los pacientes en riesgo tengan las mejores posibilidades de una buena recuperación”, concluye Spence.