GM Barcelona | viernes, 01 de diciembre de 2017 h |

Expertos de Vall de Hebrón Barcelona Campus Hospitalario y el CIBER en su área de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) han realizado un estudio que demuestra que los días en que los niveles de contaminación atmosférica son más elevados en el área Metropolitana de Barcelona se producen más ataques de corazón. Por tanto, en las personas que presentan factores de riesgo, los picos de contaminación podrían ser el gatillo que aumenta la probabilidad de sufrir un infarto.

De hecho, este es el primer estudio que demuestra que la contaminación participa en la mortalidad en las primeras 24 horas después de un infarto con elevación de la ST y el primero que relaciona la contaminación con una mayor incidencia de fibrilación ventricular.

Para realizar el estudio, los expertos usaron los datos del registro Código IAM (Código de Infarto de Miocardio), que recoge datos de los pacientes que sufren un ataque de corazón en Cataluña. En concreto, incluyeron al trabajo los datos de pacientes que sufrieron un infarto entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Así mismo, cruzaron estos datos con los registros meteorológicos y de contaminación atmosférica proporcionados por el Servicio Meteorológico y el Servicio de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña durante este mismo periodo de tiempo.

Cómo explica Jordi Bañeras, cardiólogo del Hospital Universitario Vall de Hebrón, investigador de Vall de Hebrón Instituto de Investigación (VHIR), y autor principal del estudio, “los resultados indican que la contaminación causa un aumento de infartos de miocardio con elevación de la ST, es decir, infartos con una obstrucción total de la arteria coronaria, que son los más graves.

Asimismo, los infartos de este tipo que se producen los días de más polución presentan un mayor índice de mortalidad, sobre todo en las primeras 24 horas después del ataque, y un mayor índice de fibrilación ventricular, un tipo de arritmia letal”. Este experto señala que, hasta ahora, “se habían llevado a cabo muy pocos estudios sobre la relación entre contaminación atmosférica y el riesgo de infarto con elevación de la ST, con resultados dispares y controvertidos.