Gaceta Médica Barcelona | viernes, 08 de septiembre de 2017 h |

Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona, han desarrollado una nueva técnica para descifrar el código de ADN de los “sintonizadores” que determinan los niveles de actividad de los genes en bacterias.

Los investigadores utilizaron una nueva técnica, a la que han llamado ELM-seq, para encontrar las secuencias de ADN que incrementan los niveles de transcripción (es decir, el proceso por el que un gen se “lee” con el fin de producir ARN). Además, también buscaron secuencias que mejoraban la eficiencia de la traducción, proceso mediante el que se interpreta el ARN para construir las proteínas. El nuevo método, que ya ha sido patentado, se basa en medir de forma indirecta la actividad de un gen que codifica para una proteína y que añade una etiqueta o marca química en el ADN de manera que cuanto más activo está el gen, más etiquetas acumulará en el ADN. Mediante una técnica de análisis de ADN muy sensible llamada secuenciación de nueva generación, los investigadores pueden detectar y medir las etiquetas ofreciendo una lectura cuantitativa de los niveles de actividad de los genes.

Genes

Los investigadores identifican las secuencias de ADN de los “sintonizadores” que producen niveles muy altos de actividad en los genes. Asimismo, han revelado información hasta ahora desconocida sobre los tipos de secuencias de ADN que funcionan mejor. Curiosamente, el equipo descubrió que la primera “letra” (base) de la secuencia del ARN mensajero es muy importante para una transcripción eficiente. También observaron que la estructura tridimensional del ARN mensajero juega un papel clave en determinar si el ARN se traducirá correctamente para producir las proteínas, a diferencia de secuencias específicas que hasta el momento de consideraban esenciales para una correcta traducción.